Cierta Personita…

No hace mucho (una semana, quizás dos), pregunté por qué la vida no deja de darnos palos cada dos por cuatro. Solo una persona me respondió, solo una, pero… fue suficiente. Su respuesta me impresionó, me gustó tanto…. me encantó. Y no encantar de decir «oh, me encanta». No, no. Encantar de sentir, quizás, la magia de esas palabras.

Para que, después, nos levantemos y digamos «aún estoy aquí, no voy a rendirme».

Supongo que ahora esa persona ya sabrá quien fue (y quizás antes también). Es alguien que, desde el momento en que la conocí, supo estar ahí. Unas veces más, otras menos, pero siempre estuvo ahí (aunque quizás ni ella misma se haya dado cuenta). Una sensación extraña, con un pensamiento muy parecido al mio. Con nuestras diferencias, y eso la hace especial. Con sus dudas, y yo con las mías. Con sus abrazos al cruzarnos. Llegando temprano y entrando tarde por nuestra culpa. Su ayuda, siempre que la necesito. Esa forma de ser que tanto me gusta. Llamarla LOWELL en vez de María (o, en todo caso, tsundere), quizás porque la conocí así, hace no mucho tiempo (Agosto, ¿no?), sin saber, si siquiera, que iba a japonés. Como yo, pero en segundo (por lo tanto…. soy tu senpai =P).
No sé qué más podría decirte. Supongo que ahora me dirás que te sientes especial, o cualquier tontería de las tuyas. Quizás no te lo esperabas. Quizás…. Quizás… Y solo quizás. Guardo esas palabras, como muchas otras, para que me sirvan, en un futuro, ahora, YA, y dentro de muchos años. Y, espero, que todo siga como siempre.

Se le quiere, señorita Lowell, no lo dude.

Noviembre

Noviembre. Mes frío y lluvioso. Especialmente en Vigo, donde llueve todos los días. Ese día tambien llovió. Hace un mes también llovió. El suelo estaba mojado. El agua caía a chaparrones. Ese día, ese día que tú no estabas. Desapareciste. Una noche a finales de Octubre la pesadilla empezó y duró dos días. Ahora que lo he asumido, ahora que la pesadilla es real, me doy cuenta. No te olvidaré, papá, no te olvidaré nunca. Y aunque aún no haya aprendido a caminar, caminaré de nuevo. Paso a paso, poco a poco, con fuerza y diciéndome «arriba». Porque, estés donde estés, te lo mereces. Porque, como padre, eres el mejor. Porque quizás aún soy pequeña para entender.

Tal día como hoy, un mes atrás, me desperté y ya no estabas. Fueron los dos peores días de mi vida y no los olvidaré. Y, sin embargo, tengo que pensar en ti con una sonrisa, porque es para ti, y es el único y el mejor regalo que puedo darte. Por tu cumpleaños, que es el 3 de Diciembre. Una sonrisa y la promesa de no olvidarme nunca de ti y tenerte siempre presente.

Porque, en realidad, no has desaparecido

Mesa para tres

Sin zapatos, sin camisas. Sin la CNN+ o la Pantera Rosa. Sin la Cadena SER. Sin el humo del tabaco
Seguimos tan desordenadas como siempre. Platos apilados sin que nadie los recoja, sin que nadie tire algo. Ordenado. Tranquilo. Inteligente y culto. Brandy sigue cogiendo las zapatillas cada vez que llegamos, Torako sigue haciéndonos tropezar, como lo hacía Salem. Mamá duerme  y nadie ronca por las noches. Nuria sigue siendo Nuria, con sus series y su ordenador.
Y sin embargo, faltas tú. Con tu calendario de los Beatles. Los innumerables sudokus. Los dibujos que nos hacías cuando eramos pequeñas. Tu tacita de café y tu chupito de licor. Nuestras «peleas» por la ducha. Esos chistes malos que no podrían ser peores. Verte sentado en el bar tomando algo mientras lees el periódico. La voz de Galicia, el Faro de Vigo o el Mundo (nunca la Razón!). Tu despacho, lleno de pequeños recortes y de cosas simples y complicadas.

Te echo de menos, Papá

Como un "nada va a cambiar" puede cambiar tu vida…

Despues de mucho tiempo sin actualizar, vuelvo a hacerlo. Esta vez creo que es una necesidad mía, una intención de desahogarme y de razonar para mí misma. Pero, antes de nada, quizás debería poner unos antecedentes.

Nunca he tenido nada sobre lo que escribir. Mi vida no es gran cosa y nunca ha sido muy interesante. No soy especialista en realmente nada, por lo que no hay nada de lo que pueda hablar y no hay muchas cosas que, en este momento, me motiven demasiado. Nunca he tenido una razón para escribir, solo puro aburrimiento, y no creo que un día y una conversación vayan a cambiar esa costumbre, pero… esto es algo que me ha chocado. Y… ¿por qué no? Voy a compartirlo.

Tengo 16 años y voy en 1º de Bachillerato, ¿vale?  No soy una alumna especialmente aplicada, no me gusta estudiar pero  tampoco saco muy malas notas (algunas bastante buenas, todo hay que decirlo). ¿Para qué estudio? Supongo que, como todos, para intentar alcanzar algo en un futuro. Creo que ya no lo sé. Una de mis asignaturas favoritas es Filosofía, simplemente me encanta analizar la forma de pensar de la gente, de actuar, saber como pensaban antes y por qué hay esta conciencia mundial. Es una de mis asignaturas favoritas, sí, pero a veces me deja tocada. Sobre todo cuando me senté con cierta persona.

Deciros que no tengo nada en contra de la persona de la que hablo. Esa persona tampoco es un alumno ejemplar, es más bien vago y es de esas personas que van al instituto para pasar el rato, y no para estudiar. Es algo que tiene claro. Nunca hace un examen ni hace los ejercicios ni toma apuntes. Sus notas no suben del 2, en la mayoría de los casos porque entrega los examenes en blanco. Y no es porque le parezca difícil o no sea capaz. Simplemente, no quiere. Creo que es una persona inteligente, solo que es idiota. Siempre he pensado que, si tan solo se esforzara un poco, lograría sacar buena nota o, al menos, aprobar. Solo con esforzarse un poco, pero le da igual.

Tambien he de decir que esto siempre fue algo que me intrigó. ¿Por qué desperdiciar el tiempo de esa manera? Horas de clase y de examenes que no le están sirviendo para nada. ¿De qué le sirve estar en el instituto? Ya que está matriclado y va a clase, podría hacer algo, podría intentarlo. Nunca conocí a una persona tan… «pasota», y nunca lo entendí tanto como hasta ahora. Tuve la oportunidad, me lancé. Aproveché que mi compañera de mesa no estaba y que el profesor de Filosofía puso a este chico a mi lado para que dejara de hablar y le pregunté. Le pregunté por qué no estudiaba, si no había nada que quisera ser, si no tenía ningunas expectativas para el futuro. Y lo peor fue que su respuesta fue contundente. Se encogió de hombros, como suele hacer, y dijo: «¿Para qué? ¿De qué te va a servir estudiar? No hay materias primas, no hay trabajo, no hay futuro, no hay nada». Me pareció una manera pesimista de ver las cosas. Y, sinceramente, me produjo escalofríos. Pero yo no me doy por vencida con tanta facilidad. Me da pena que alguien desperdicie así su vida, por eso me propuse intentarlo. ¿Acaso pensaba que eso no podía cambiar? ¿Que el mundo no iba a cambiar? ¿Que el país no podía mejorar? Y su respuesta me hirió, me dejo sin palabras. «No creo, nada va a cambiar», convencido, claro.

Me quedé callada y, hablando claro, jodida. Porque, aunque no me quiera dar por vencida y aunque no lo vaya a reconocer, tiene razón. Al menos en parte. Aunque no quiera creerlo. Y por muchas vueltas que le dé, no sé como quitarme esas palabras de la cabeza, esa forma de pensar, ese pesimismo. Esa certeza, como una flecha clavada en mi mente. Si eso fuera cierto, si por alguna razón fuera cierto… ¿Para qué estudiamos? ¿De qué nos sirve? Yo estudio porque quiero hacer algo que me guste, porque quiero llegar a ser algo. Pero el éxito en si es cuestión de suerte. Entonces… ¿De qué me sirve? No he perdido la motivación, pero… no sé como tomarmelo. Esas palabras, esas ideas. Una mente, hasta cierto punto, brillante tremendamente desperdiciada. Y no supe qué decirle, ninguna palabra para refutar lo que dijo. Que conste que aun las sigo buscando, pero, simplemente, no las encuentro.

Una serie de reflexiones que me gustaría compartir con alguien. Sé que nadie lo va a leer… o al menos no está en mis expectativas. Me gustaría que alguien me diera alguna idea. No es que quiera implicarme personalmente con alguien, solo pretendo resolver mi propia duda y quedar con la conciencia tranquila porque sé que en algun momento, como le dé muchas vueltas a esto, seré capaz de mandar los estudios «a la mierda» y darlo todo por perdido como algunos ya han hecho.

¿Sabes?

Aunque hago todo lo posible por olvidarte, aunque intento no acordarme de ti, siempre hay alguien que, indirectamente, «fastidia» mi pequeña felicidad. Hace que piense en ti, que me acuerde de ti… me recuerda lo estúpida que fui en aquel entonces. ¿Que pensaste? ¿Qué pensabas cuando estabas conmigo? ¿Que pensabas cuando me besabas, cuando me tocabas, cuando te reias conmigo?
¿Sabes? Me acuerdo de ti y de tus palabras bonitas… y, lo peor, te echo de menos. No quiero admitirlo, pero fuiste especial, aunque no leas esto… Fuiste especial, y no voy a poder olvidarte.
Pero me tomaré lo nuestro como un error del que aprender y con el que, espero, haberme hecho algo más… sabia. Tomarme las cosas con calma y saber dar consejos. Porque fue un error, y de los errores se aprende. Empezaré a saborear cada pequeño momento que pase al lado de alguien, porque las prisas son malas, lo sé. Ahora lo sé.

Te echaré de menos… 

En el día de hoy

Entrada que solo publiqué en el Facebook… pero que va siendo hora de hacerlo algo más público… Porque todo hay que decirlo.

Para no olvidar los días que malgasté
siguiendo la estrella que se apaga sin piedad…
Para no caer de nuevo en el mismo error,
que cada vez sienta peor…
voy a dejarlo estar.

Como un ave que renace,
como el viento que enloquece
voy a dar de mí, lo que no quisiste ver.

Sangra de nuevo, el corazón que entregué,
que muere sin saber si quiero, si puedo reinventar todo lo que soy.
Lloraré de nuevo, la rabia de no saber,
dejarte de una vez si debo,
si de algo me sirvió tanto dolor…

Para no saber, prefiero no verte más.
Me enfermo con sólo notar que andas alrededor.
Para no caer de nuevo en el mismo error,
no va a pasar de hoy… aprenderé a volar.
Como un ave que renace,
como el viento que enloquece
voy a dar de mí, lo que no quisiste ver.

Sangra de nuevo, el corazón que entregué,
que muere sin saber si quiero, si puedo reinventar todo lo que soy.
Lloraré de nuevo, la rabia de no saber,
dejarte de una vez si debo,
si de algo me sirvió tanto dolor…

……

[Para no saber, prefiero no verte más.
Me enfermo con sólo notar que andas alrededor.
Para no caer de nuevo en el mismo error,
no va a pasar de hoy… aprenderé a volar.]

Lo siento… se trata de seguir, y esta vez voy a ser directa. Cansada de pensar en ti, de pensar que pasaría si no hubieses mentido, de pensar en tantas cosas… Voy a ser directa, porque lo hice una vez y no funcionó. Voy a despedirme de ti de forma directa. Ciao. No buscaré tu nombre, no intentaré saber cómo te va la vida, no me sentiré mmal pensando si ahora serás feliz, pensando si estabas bien conmigo… pensando qué pensabas entonces.

Porque prefiero no verte más. Y escribo aquí lo que escribí entonces, yo sé que tu lo entenderás.

«No sé si leerás esto. Quizás cuando lo leas ya sea demasiado tarde. Siento haber publicado esta foto, esta foto que era nuestra, de algo que pudo haber sido y no fue. Una foto que resume 4 días… los primeros y últimos 4 días. Dulce pero intenso. Un primer beso y un último adiós, un enfado, un intento… Solo teníamos 4 días.
Quizás ya hayas olvidado lo que era dormir juntos, quizás ya hayas olvidado esa película que ninguno de los dos vió (estabamos más entretenidos entre beso y beso), quizás ya hayas olvidado cada comida, todo aquello que teníamos que guardar delante de mis amigas, tus labios con sabor a magdalena que a mi tanto me impactaron. Quizás ya hayas olvidado mi barbilla quemada, o mis ojos llorosos el último día, cuando intentaba con todas las fuerzas no llorar y no pensar «esta será la última vez que…». Porque no quería que fuera la última, porque quería decirme a mi misma «nos veremos más veces» .
Sin embargo, no habrá «más veces». No habrá más besos, no más caricias, tus brazos ya no volverán a rodearme. No habrá nada más… porque hicimos mal estando juntos, porque esos cuatro días ya se perdieron… Y solo nos quedará una foto y un «fue bonito mientras duró». Y recuerdos. Recuerdos que, en los peores momentos, harán daño. ¿Recuerdas? Como decía la canción: «y es que malditos seais los fantasmas, jugais con ventaja, doleis de verdad» Te lo dije. ¿Crees que ahora duele?

Pero… Supongo que… hay que seguir, adelante. Otra canción dice «las cosas son así, se trata de seguir.»… y seguir. Y decir adiós al pasado… y no quedarse anclados. Adiós.

¿Te acuerdas? Aquel no era un último adiós.»

http://www.tuenti.com/#m=Profile&func=index&user_id=62407812&blog_page=13

¿Te acuerdas? Pero yo tengo que seguir, y no quiero tener que ver tu nombre, o sentir la necesidad de ver tus fotos, ni de iintentar averiguar mediante facebook como te va la vida… No. Tenías razón… era más fácil haber hecho esto desde el principio. Adiós, y lo siento… De verdad.

Y quiero que sepas que no te olvidaré… nunca. Porque fuiste especial, y lo sabes. Ya está todo dicho, ya lo sabes todo… Nada más que añadir. Lo siento, pero… Se trata de seguir, ¿no?