Esencialmente hay tres formas de contar el paso del tiempo. Puede ser de año en año, como venía haciendo hasta ahora cuando todos los años a las 00.00 del día 1 de enero publicaba una entrada en este blog, resumiendo como me había ido ese año. Otras personas cuentan los años por año escolar, de septiembre a septiembre, porque les es más fácil llevar así la cuenta.
La ultima forma es la que traigo aquí: por cumpleaños. Y es que hoy cumplo 26 años.
Creo que si pienso en mis 25 podría decir que ha sido el año más difícil de toda mi vida y no me equivocaría ni un ápice. Empezaba este año con la sombra de una enfermedad que nos acompañó durante toda la primera mitad, desde junio hasta enero. En diciembre, en fin de año, no tenía energías para resumir el año. No es que no le viese nada positivo al 2018…. Es que cuando una enfermedad como el cáncer llena tus vidas, todo se vuelve más pesado…. Las discusiones, las clases, las preocupaciones, la impotencia…. Todo suma. Aprendes a ser más diligente e intentas ser más comprensiva y, quizás, más compasiva. Y es que nunca sabes lo que pasa por la mente de una persona que tiene la muerte en los talones…. Y nunca sabes cuando llegará ese momento.
Porque quizás llegue. Mi madre nunca dejó de luchar. No se rindió, pero… su hígado no pudo más. Empezamos así la segunda mitad de mis 25 años. El 22 de enero de 2019, mi madre nos dejó. Sentí cierto alivio… sabía que estaba sufriendo. Me pasé esa noche con ella y no pude dormir en toda la noche porque sabía que se estaba yendo… Así que me sentía más tranquila. Simplemente, dejó de respirar. Dejó de existir.
Creo que aún es ahora cuando empiezo a aceptarlo. Todo el trimestre siguiente, el último del ciclo de Patronaje que estoy haciendo, giró en torno a ese hecho. De por si es un estrés este período… Tienes que estudiar, aprobar, hacer trabajos, planear las prácticas…. Y sumándole el hecho de tener que aprender a vivir en otras circunstancias, con más preocupaciones, con papeleo encima y sin un apoyo que para muchos puede ser esencial… Me encontré ahogada y perdida. Lo pasé MUY mal.
Por suerte, conseguí aprobar todas y poder entrar en una empresa de producción audiovisual para hacer las prácticas. Me fui a Madrid y desconecté.
Pensé que 3 meses en Madrid me ayudarían. La verdad es que no estoy segura. A veces he tenido la sensación de estar huyendo de la situación, más que aceptarla y «superarla». A veces tenía la sensación de que al volver a casa nada habría pasado y mi madre estaría esperandome o me llamaría en algún momento para preguntarme que qué tal. Tampoco han sido tres meses fáciles. Nada ha sido fácil este año, por desgracia.
Pero… Aquí estamos. Acabé las prácticas hace una semana. Ha sido una experiencia enriquecedora y maravillosa. No sé, me han metido el gusto por coser más y me gustaría poder hacer el master en diseño de vestuario aquí en Madrid (pero es muy caro). Ha sido juntar mis dos mundos: el patronaje y la comunicación audiovisual. Y estoy muy contenta por ello. Prácticas aprobadas, asignaturas aprobadas… Solo me queda presentar el proyecto!!!!
Además de haber aprobado todo, este año que pensé que suspendería en más de una ocasión, estoy ahora mismo a punto de cumplir otro de mis sueños: conocer a una de mis hermanas. No de sangre, pero si de corazón. Y es que Mine siempre ha llenado mi mundo y mañana por fin la conoceré en persona. No puedo estar más ilusionada…
Me gustaría que mi madre estuviese aquí para que pudiese ver todo lo que he ido consiguiendo durante estos últimos meses, poder hablarle de las prácticas, el viaje a Orlando, que pudiese ver que todo esto me hace muy feliz. En febrero-marzo yo no era capaz de pensar que este día llegaría. No era capaz de pensar que sería tan positiva. Pero hoy me siento bien, me siento con energías. Siento que los 25 ya están atrás y que empiezan los 26. Y que es otro año distinto.
Nuevo año, nuevo resumen, nuevas ganas. Octavo año consecutivo que hago esta entrada. Y merece la pena.
– Una foto : Este año pondré esta foto tan especial. Me produce tanta calma y paz interior…. Eso que necesitaba en ese momento y que solo ellos me pueden dar en paseos como estos….
– Un vídeo: Es un poco largo, pero merece la pena. El vozarrón y el sentimiento que le pone, y el significado que le encontraron a la canción…. Brutal.
– Una canción: No vales más que yo – La Oreja de Van Gogh
*Un grupo: Vetusta Morla (repito este año porque sacaron disco nuevo :P)
–Una frase: Tarde o temprano, todo cae por su propio peso.
– Una persona:
Deby, Clarisse…
– Un lugar:
Oza dos Ríos
– Un libro:
Juego de Tronos
– Una película:
Kimi no na wa
– Una serie:
Vikings
– Una página web
Pinterest
– Una hora:
Las 2 de la mañana
– Un juego:
Life is Strange
– Lo que más me gustó:
Poder ayudar, aún por encima de mis propias posibilidades. Sentirme más viva que nunca.
– Lo peor:
La depresión. Saber que volví a caer en ese pozo. Sentir que me ahogaba en él, que me podía el estrés y me sobrepasaba todo.
– Un texto: «Quiereme entera», de Dulce Maria Lyonaz
“Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz y sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!…
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!”
– Un sentimiento:
Decepción.
Hace años me prometí a mi misma que nunca volvería a rendirme. Que nunca volvería a caer. Y este año me fallé a mi misma. Caí. Como una tonta, además. Caí de nuevo en lo más profundo del pozo. Fue a principios de Agosto cuando toqué fondo y llevo ya medio año intentando volver a flote (y creo que lo estoy consiguiendo).
Este año tambien aprendí lo que es ser una esponja… Y es que yo soy una esponja que lo absorbe TODO. Cualquier malhumor, cualquier mal rollo, me afecta y me va a afectar siempre, porque lo absorbo, me quedo con él, lo retengo en mi mente. Y me callo. Me callo y guardo y guardo y guardo. Hasta que no puedo más. Hasta las esponjas tienen un límite. Y ahí la depresión, la ansiedad, las ganas de morirme, los días en cama sin poder hacer nada, los problemas con los demás, mi actitud con los demás…. Una vez identificado el problema… espero que todo sea más fácil.
Por ultimo, no quiero despedir el año sin recordar que este año ha sido un año de pérdidas y ganancias. Empecé el año allá por Abril perdiendo a varias personas importantes para mi. Traicionada, infravalorada…. Seguí perdiendo en Julio, Agosto, Septiembre…. Pero por el camino también «gané» a varias personas. Recuperé a una, ayudé a otras…. Hice lo que pude siempre que estuvo en mi mano. Y aprendí.
Para 2018 me he propuesto metas más realizables, metas que no dependan de los demás. El año pasado me puse metas como «aprender a entenderme y entender a los demás» o «no rayarme tanto». Objetivos poco claros, poco específicos y que no siempre dependían de mi. Este año he intentado cambiar el enfoque.
Crear un horario para conseguir unos hábitos y tiempo para mí misma.
Objetivos de la UNED más eficientes.
Ahorrar mensualmente (esta con ayuda de algunas apps y al ser mensual…)
Pasarme juegos pendientes.
Leer más.
Separar lo personal de lo «profesional», de lo emocional. Aprender a distinguir.
Avanzar un poco hacia el veganismo
El 2018 va a ser un año mejor, no tengo ninguna duda. Feliz Año!!!!
Hoy te volví a recordar y eso es algo que ultimamente casi nunca pasa. Ya no me haces falta.
Te odié. No sabes cuanto te odié. Durante mucho tiempo soñaba con encontrarme contigo, con discutir contigo, gritarnos, pegarte con toda mi rabia. Sé que nunca sería capaz de hacer algo así. Sé que solo eran sueños. Pero todos esos sueños demostraban lo mucho que llegué a odiarte.
No creo que se pueda odiar a alguien toda una vida. Sí, existe un tiempo, un período, en el que tienes que superar eso. Días, meses, años…. Me costó unos 4 años dejar de odiarte, cuando alguien por fin quiso escuchar mi versión, cuando alguien quiso saber qué me pasó, o por qué me pasaba. 4 años para sentirme escuchada. 4 años para dejar de odiarte. Y después de esos 4 años, llegó la melancolía, la pena, la tristeza, el «echarte de menos», el intentar por enésima vez hablar contigo. Síndrome de graduación. Me sentí desplazada, reemplazada….
Con el tiempo, aprendes que no es así. Aprendí que ya no necesito echarte de menos. Que ya no necesito nada de ti. Aprendí que no sabes lidiar con los problemas y el día que tengas alguno de verdad, no sé qué será de ti. Aprendí que puedo vivir con la cabeza alta, porque, aunque no siempre hago las cosas bien, sé escoger a las personas que me rodean. Mi mente tiene una capacidad asombrosa para conseguir problemas con la gente que no me conviene. Y tú eres y fuiste, de entre todas las personas, lo peor.
No sabes lo que es odiar. Pero tampoco sabes lo que es cuidar, querer o apreciar. Te crees especial porque haces que los demás se sientan especiales. Y que te queramos. Pero cuando los demás no podemos hacernos cargo, cuando los demás no podemos cuidar, o querer, o apreciar. Cuando más necesitamos eso de ti…. huyes. Y yo te odié por huir. Te odié. Pero ya no te necesito.
No puedes, simplemente, dejar de lado a las amigas que te necesiten cuando tienen alguna enfermedad. Lo hiciste dos veces ya. Y lo seguirás haciendo. Y ojalá no te veas nunca sola. Ojalá no te falte de nada. Ojalá no necesites nunca que te cuiden o te quieran. Y ojalá tengas siempre alguien ahí para ello.
Hoy he visto varios dibujos tuyos. Van a ir todos a la basura, incluso aquellos que fueron un regalo o que me prestaste. Entre libretas y libretas he visto un dibujo nuestro en Londres. Nunca lo había visto. Y te eché de menos. Y eso es algo que tampoco pasa muy a menudo. Y que, espero, no vuelva a pasar nunca. Adiós, Antía.
Hacemos resumen un año más…. Y ya van 7! FELIZ AÑO A TODOS
– Una foto: Este año pondré dos. Dos momentos que marcaron mi año. El inicio de dos cosas grandes.
Este día para mi marcó un antes y un después. Me sentí una intrusa, pero…. sentí que empezaba algo grande.Llevaba dos días conmigo, no tenía ni collar, pero Sabú mostraba esta sonrisa en el vete.
– Un vídeo: Damien Rice – The greatest bastard @ Cruilla 2016 (grabado por mi)
– Una canción: Los Buenos – Vetusta Morla
*Un grupo: Jpelirrojo
–Una frase:
«Sé voleador»
– Una persona:
Mis niñas: Susi, Ana, Celia y Adela.
– Un lugar:
Florencia
– Un libro: La viajera incandescente – Ana Cerezuela
– Lo que más me gustó:
Hacer cosas. Salir de mi zona de confort. Conocer gente estupenda. Ayudar más allá de mis propios límites. Las tardes con mis niñas (y los perros). «Acoger» a Sabú.
– Lo peor:
La ansiedad, que siempre lo jode todo.
– Un texto: «NO ENTENDEIS NADA» (Terafobia)
Me habéis visto, me habéis oído, me habéis juzgado, con todo lujo de detalles y parámetros.
Habéis encontrado mis escondites, habéis medido el compás de mi respiración, habéis analizado hasta el color de mis sandalias.
Habéis hecho un retrato robot de mi corazón, habéis escudriñado mis palabras, deducido mis sueños, calibrado mis emociones. Habéis encontrado cientos de claves para desencriptar mi mente y, contra todo pronóstico, no habéis entendido nada.
Y es que vosotros no sabéis cómo me cambia la cara en primavera, no habéis visto mi alma estirándose al sol. No me habéis sentido vibrar en un concierto, no sabéis qué música suena en mi cabeza cuando río. No me habéis apretado la mano hasta quedarme dormida, no tenéis ni idea de cómo beso, de cómo bailo, de cómo suspiro, y no entendéis nada.
¿Qué vais a entender? Si no me habéis visto explorar lo inexistente, si no sabéis cuántas veces he viajado en el tiempo, si no entendéis que hay lugares a los que nunca vais a poder seguirme, si no sabéis a qué sabe un cortocircuito en mi planeta, si ni siquiera habéis adivinado de qué color veo el cielo.
¿Qué queréis entender, si no entendéis nada?
– Un sentimiento: ANSIEDAD
Haciendo un resumen global del año…. Creo que ha sido un buen año, exceptuando los últimos meses y los problemas puntuales (porque los hubo). He hecho muchas cosas, he viajado mucho (Interrail, Madrid, Barcelona…), he cumplido un sueño, he conocido y estado con gente estupenda y maravillosa. Me he emocionado, he salido de mi zona de confort, me he enamorado (de otro perro…. qué le hago, soy así). Puedo seguir enumerando cosas positivas que me ha traido este año. Ha regresado Torako, he adoptado a Sabú, he ido a sitios increibles (gracias, Celia, y gracias niñas), he ayudado en momentos que antes pensaba que no podría ayudar.He participado en búsquedas y rescates, con sus largas esperas, con tanta gente arrimando el hombro y sus frustraciones, y sus cafés y sus guardias, sus noches de desvelo, sus «última vuelta y para casa» a las 5 de la mañana. Amelie, Gora, Gudelj, July…. He trabajado codo con codo con mis niñas para administrar y moderar un grupo con más de 3.000 personas. He acabado (por fin!) el regalo de Iria. He visto a Damien Rice en concierto, he ido a Madrid, he conocido a mi hermosa Clarisse.
Todo tiene su contraparte, por desgracia. Muchas cosas que hice solo ayudaron a aumentar mi ansiedad, haciendo que los dos últimos meses del año fueran insoportables. No puedo salvarme sola y he llegado a un punto en el que he tenido que pedir ayuda. El vaso se ha desbordado. Espero que este año me traiga las herramientas necesarias para aprender a lidiar con esto. Estoy casi segura de que lo haré!
Objetivos para 2017?
Aprender a entenderme y entender a los demás
No «rayarme» tanto
Llevar un Bullet Journal y organizarme mejor
Conseguir mantener un «día de crochet», para al menos tener ese día para avanzar
Poner las cosas al día, llevar a cabo los proyectos que tengo pensado (para eso el Bullet Journal)
AHORRAR. Ya me lo puse el año pasado pero…. no es lo mío, de verdad.
Desde que reconocí que tenía un problema, todos los días han sido más malos que buenos. Y antes había día buenos, días muy buenos. También días muy malos. Pero desde hace un mes, los días han sido más malos que buenos. Y cada día peor. Me llegan mensajes, gente aclamando la positividad, el buen rollo y las buenas energías. Gente demostrandome ser más feliz si estoy lejos, que solo doy problemas, que no aporto nada bueno a la vida de nadie. Que soy inútil para todo el mundo. Gente que pone malas caras al estar conmigo, gente que pone malas caras al hablar conmigo, gente que me ignora.
Loca, paranoica, enferma.
Todo esto no pasaba cuando lo ocultaba (o, mejor dicho, cuando no lo reconocia). La gente me decía «madura», la gente me ignoraba en mis días malos y, en los buenos, todo estaba bien. Pero no me despreciaba. No sentía este rechazo constante. Y cuanto más haces porque te comprendan, peor. Cada vez más apartada, más ignorada, más excluida. «Más».
Ahora mismo no sé cómo tomarme las cosas. A veces me siento caer de vuelta al pozo, y no encuentro la forma de no resbalar de ese bordillo. Me dicen que de tiempo, y por más que intente explicar que el puto tiempo juega en mi contra, no lo comprenden. Y cada día, cada pensamiento que tengo, me hunde un poco más, me empuja un poco más. Y siento que caeré otra vez. Tengo grabado «Never Surrender» en mi piel, pero creo que ahora mismo…. quiero rendirme. Rendirme y dejar de existir.
Había gente que me mantenía de pie. Había gente que hacía que las cosas fueran más fáciles. Había gente por la que existir merecía la pena. Me aparté de esa gente y ahora todo se ha vuelto más y más difícil. Todo cuesta arriba. Cada vez se vuelve más autodestructivo
«Amigo, no quiero tenerte como un falso amigo.
Inventas juegos para que estén contigo,
logrando que lo mantengamos con sigilo.
Dejando muy atrás a quien luchó contigo.
Usado y tirado, muerto en el olvido.
Y así nunca podrás tener ni un amigo.»
A veces las amistades son puras irrealidades y los símbolos que teníamos no tienen el mismo significado para todas las partes. Todo se convierte en una ficción tarde o temprano. ¿Lo peor de todo? Es que en el fondo ya lo sabías desde el primer momento. Desde las primeras veces que conocías a esas personas. Sabías que tarde o temprano todo quedaría en nada. Porque, en el fondo, ya sabías que clase de relación estabas manteniendo. Ni un «¿qué tal estás?», ni un «¿te apetece quedar?». Ni un gesto. Y está bien. Cuando una relación es por interés, está bien. No hace falta todo esto. En las buenas somos todos felices y estamos contentos, y nos lo pasamos bien y sonreímos en las fotos. Pero cuando las cosas van mal, se ve, se nota, cuando algo es real y cuando no lo es. Cuando las cosas van mal, los símbolos y las palabras cobran nuevos significados. Se vuelve irreal.
¿Lo peor? Debería saber identificar cuando unas relaciones son reales y cuando no lo son. Cuando el aprecio es el mismo por mi parte que por la de los demás. Porque siempre me acaba pasando lo mismo. Las relaciones irreales siempre acaban igual para mi.
El 27 de Abril comenzaba una relación sintiendome una intrusa. Siempre me he sentido una intrusa…. Pero me sentía bien. Durante un tiempo me sentía bien. Cuando todo iba bien, era bonito. Las risas, los encuentros, los detalles. Estaba… bien. Pero al final acabo implicandome más. Y más. Y cuando todo acaba, se acabó. Ya no hay vuelta atrás. Yo me canso, los demás se cansan. Y al final decides… que mejor dejarlo ir. Y todo se acaba. De mejor o peor manera, pero se acaba.
Yo soy más de finales amargos, de esos que te dejan con mal sabor de boca, que te hacen sentir inútil por no haberlo intentado lo suficiente o, simplemente, no haberlo conseguido. De esos que acaban desgastando a los demás.Porque me hacen ver quienes aguantan. Me hacen ver quienes tienen la fuerza suficiente para luchar. Y si no quieres luchar por mi, entonces no mereces que yo luche por ti. Soy de esas personas que no quieres volver atrás a buscar. Y que cuando quieras volver atrás a buscarme, yo ya no estaré allí. Estaré bien lejos. Y eso me hace más fuerte. Me hace ver a quienes no necesito, quienes no me van a ayudar.
Mi estupidez lo volverá a intentar otra vez. Con otras personas. Y con algunas funcionará. Y con otras se repetirá el proceso. Porque siempre pasa igual.
«Todo estará bien al final, y si no está bien, es que no es un final».
Quise no sacar el tema. Obvié los hechos. Los ignoré. Hasta el abrazo final.
Y aún así no lloré.
Hasta que arrancamos el coche y lancé una última mirada.
Quise no llorar.
Aunque las lágrimas fueron difíciles de mantener.
Y lloré.
Fueron 4 lágrimas en silencio, ocultas tras mis gafas de sol. En la soledad de un asiento trasero. Qué complicado se volvió todo de repente. Lo que parecía fácil, se volvió difícil en un último abrazo.
Me prometí no pensar en ello.
Siento que en algún momento me rompí. Queriendo ser fuerte. Queriendo ser «independiente». Me rompí en mil pedazos. De repente me vi sola. De repente me llenaron mil pensamientos negativos. De repente me volví débil. Sentí que no podría con nada. Sentí que mis fuerzas se quedaban en Móstoles. Que los estudios se me venían grandes. Que los examenes se me venían grandes. Que el mundo se me venía grande. Que la vida se me venía grande. Que no merecía la pena.
Me prometí decirle al miedo adiós.
Intentar pensar en positivo (mientras pueda). Intentar mantener las energías (mientras pueda). Porque ahora podré tener 4 pensamientos negativos y alejarlos de mi mente. Porque ahora estoy muy ocupada para pensar. Pero dentro de un mes, todo será más difícil. Dentro de un mes, todo será más real.
Me prometí no hablar del tema. Y no hablaré.
Que todo siga su camino, que todo siga su curso. Que lo que tenga que ser, que sea. Que lo que tenga que pasar, que pase. Que la vida cambie, que la vida dé giros inesperados que me cojan por sorpresa. Que todo se caiga al vacío, o que sea yo la que se cae.
Sigamos.
«Y de repente apareces tu
Mientras me hablas hago que estoy dormida»
Ayer por la mañana me llegó el libro de Ana Cerezuela (Terafobia), «La viajera incandescente». Un libro de lírica que te llega al alma de mil maneras diferentes en cada página, en cada palabra, en cada trazo de tinta, cada vez que lo lees. No sé cuando descubrí su canal de Youtube, pero por aquel entonces ya estaba este texto suyo colgado en internet. Y nunca lo compartí, pero hoy lo he vuelto a leer en el libro y a sentir en el alma. Hoy le he vuelto a encontrar significados ocultos. Hoy, os los traigo, y pongo esos significados en relieve.
No entendeis nada – Terafobia
Me habéis visto, me habéis oído, me habéis juzgado, con todo lujo de detalles y parámetros.
Habéis encontrado mis escondites, habéis medido el compás de mi respiración, habéis analizado hasta el color de mis sandalias.
Habéis hecho un retrato robot de mi corazón, habéis escudriñado mis palabras, deducido mis sueños, calibrado mis emociones.
Habéis encontrado cientos de claves para desencriptar mi mente y, contra todo pronóstico, no habéis entendido nada.
Y es que vosotros no sabéis cómo me cambia la cara en primavera, no habéis visto mi alma estirándose al sol. No me habéis sentido vibrar en un concierto, no sabéis qué música suena en mi cabeza cuando río. No me habéis apretado la mano hasta quedarme dormida, no tenéis ni idea de cómo beso, de cómo bailo, de cómo suspiro, y no entendéis nada.
¿Qué vais a entender? Si no me habéis visto explorar lo inexistente, si no sabéis cuántas veces he viajado en el tiempo, si no entendéis que hay lugares a los que nunca vais a poder seguirme, si no sabéis a qué sabe un cortocircuito en mi planeta, si ni siquiera habéis adivinado de qué color veo el cielo.
Hace 5 años escribía esta entrada para ti. En ella incluía, de alguna manera, todas aquellas canciones (de tus dos primeros discos) que más significaban para mi (en aquel momento). La vida cambia, el tiempo pasa. Un silencio casi absoluto desde que entraste en mi vida hasta que nuevas melodías llegaron a mis oídos en el 2014. Me volví a enamorar. Con tu música, tus notas, tu voz. Nunca dejé de ser una adicta a ti. Nunca dejé de escucharte, nunca dejé de escribir entradas sobre ti en este blog, nunca dejaste de enamorame. Pero, esta vez, volvías.
Temía que, sin Lisa, no volviese a ser aquello de lo que me enamoré la primera vez. Temía que sin ella, la voz de Damien se apagase. Temía que no volviese a brillar. Y brilló. Por si misma, con su propia luz. Y nos trajo canciones tan espectaculares como «The greatest bastard», «My favourite faded fantasy», «Colour me In»…. 9 nuevas canciones (nunca me había fijado en el número… qué curioso…. 9) que vuelven a traer la magia al mundo, que vuelven a calmar mis noches («Long long way»).
Uno de mis mayores sueños siempre fue ir a un concierto de Damien Rice. Me imaginaba con mucho dinero pillando un avión hacia Irlanda, Reino Unido, Dinamarca… Aquellos sitios a los que él iba y daba pequeños conciertos. Y disfrutando con un concierto suyo, en primera o segunda fila, tan cerca de él… Hay muchas formas de cumplir los sueños.
Me enteraba en marzo de que Damien Rice iba a dar un concierto en un festival de Barcelona. 60€ la entrada. Me moría. No tenía ese dinero, ni nadie con quien ir. No tenía nada…. Mi sueño estaba tan tan cerca…. Damien Rice y Vetusta Morla (mis eternos favoritos) en un mismo festival, el mismo día, por apenas 60€… Le pedí a mi hermana que me pillara dos entradas, que ya le devolvería el dinero. En cuanto pude, pillé avión y hotel. No podía dejar escapar esta oportunidad. Mi oportunidad.
7 de Julio. Poníamos rumbo a Barcelona con las entradas, las tarjetas de embarque, la reserva del hotel… Todo lo necesario para pasar dos días en Barcelona. El tiempo justo y las ganas a tope. Coger un avión a las 6 de la tarde, llegar al hotel a las 9 y media, casi las 10. Salir a cenar una pizza por ahí en una cafetería-restaurante y volver al hotel dando un paseo. Dormir, agotada del viaje, con los nervios a flor de piel. Levantarse temprano para desayunar, dar una vuelta por Barcelona (ir al FNAC y al Primark para no comprar nada). Volver al hotel e ir ya para el Forum, comer por allí y estar en la entrada a las 5 de la tarde, listos para entrar. Apertura de puerta: 18.00. Y esperar. Y esperar. Y esperar. Pero mereció tanto la pena tanta espera…
Empezamos con The Professor & La Fille Danse. Una hermosa canción que realmente no conozco muy bien, pero que se me queda muy pegada. Llevo tres días con estas frases en mi cabeza y ya estoy pensando en comprarme el EP solo para disfrutarla con buena calidad:
«Well I don’t know if I’m wrong, Cause she’s only just gone. Here’s to another relationship Bombed by excellent breed of gamete disease.»
Seguimos con I Remember. No puedo decir nada de esta canción. Sinceramente, siempre que la canta, me falta la voz de Lisa. No lo puedo evitar. Es esta canción. Lisa le ponía mucho caracter, la hacía suya. Damien Rice le pone mucho sentimiento cuando canta la parte de Lisa (y le ha hecho algunos cambios), y su parte es completamente suya. Pero sin esa dualidad… La canción sigue siendo hermosa, la adoro. Pero pienso que falta su voz. Lisa, se te echa en falta a veces. De verdad.
Para que os hagais una idea (no es esta actuación exactamente, pero para que os hagais una idea):
Continuamos el directo con una canción del nuevo disco, y no con una canción cualquiera, sino con la que da título al disco. My Favourite Faded Fantasy. Es tan tan bonita que no me caben las palabras para ella. Es la primera canción del disco que me vició como nunca. Recuerdo escucharla una y otra vez mientras esperaba al autobús para ir a la UNED (cuando iba en autobus). En repeat. Una y otra y otra vez. Cuando la escucheis, lo entendereis.
https://www.youtube.com/watch?v=Rh1C8qpODZs
Y volvimos a las canciones que no fallan, a las de toda la vida, a las que todo el mundo (que conoce Damien Rice) se sabe de memoria. Y esta es Cannonball. Para mi, una canción emblematica, ya hablé de ella cuando le dediqué la entrada a Damien Rice. Su voz, cautivadora, te acaba golpeando (like a cannonball). Y es que, en directo, todo va a mejor.
Otra clásica, y de las que a mi más me gusta. Y de las que me hacen llorar. Y de las que… casi lloro cuando escuché esta canción en directo. Melodía para mis oídos, all my emotions…. 9 crimes. La belleza personificada. Da igual quien la cante, esta canción no puede sonar mal. Sinceramente. Os dejo la versión con Lisa. ES la que suelo escuchar yo, pero cualquier otra es válida. Funcionan igual.
https://www.youtube.com/watch?v=JxUFgxSYV6A
Amiefue una de las primeras canciones de Damien Rice que me atrapó. Creo que fue la segunda que escuché, y la que me invitó a escuchar más de Damien, a escuchar sus álbumes. Tanto, que no pude evitar grabar mi pedacito de la canción.«But I’m not a miracle, and you are not a saint. Just another soldier on a road to nowhere»
Podeis escuchar la canción entera aquí:
Con la siguiente canción, Volcano… MADRE MIA. SE LUCIÓ. Sacó todo su resplandor. Sacó su magia… Lo ofreció todo. E incluso pidió la participación del público, lo cual fue divertido (aunque la gente creo que no entendió muy bien lo que nos pedía que hicieramos ^ ^’). Os dejo el vídeo del propio canal de Damien Rice.
Tras esta canción, volvió al nuevo disco. Esta vez, la canción más larga, creo recordar. Ya solo el título es largo: It takes a lot to know a man En mi opinión, fue una mala idea poner esta canción como segunda en el disco. Dura 9 minutos y hace que el disco resulte un poco… pesado? Sin embargo, ello no quita que la canción sea ORO PURO.
https://www.youtube.com/watch?v=CkdjaxYSMZ4
Y llegó el momento que más esperaba. La canción que más quería escuchar. Estaba temiendo que la cantara… Sinceramente, me temía que no la iba a escuchar… Pero hubiera sido un error no tocarla. Del nuevo albúm, muy conocida… y mi favorita. The greatest bastard. Es tan jodidamente bonita. Tenía el móvil preparada para grabarla, así que os dejo la versión que yo grabé aquí (perdonad, pero estoy cantando porque me encanta demasiado). «But letting go is not the same as pushing someone else away»
Os dejo otra versión que me gusta mucho (la versión que más me gusta) subtitulada:
Llegamos casi al final del concierto con Long long way. Me pareció una bonita canción para «casi» terminar. Lenta, suave. Todos los discos de Damien Rice tienen una canción «para dormir», y no porque sean aburridas, sino porque son como una nana. Te llevan a un estado de relajación y adormecimiento. En 9, esta canción era «Sleep don’t weep». En 0, «Holy night», «I Remember» o incluso «Eskimo». En MFFF es esta canción. Ya veis por qué. «But not now… maybe late.»
https://www.youtube.com/watch?v=K5yRKJ-gU48
Y para acabar, COMO NO, The Blower’s Daughter. Perfecta canción para un perfecto final de un perfecto concierto. La primera canción suya que escuché. La primera canción suya que puse en mi blog. Y la última que escuché en concierto (Damien no hace bis 🙁 ). Fue tan mágico y maravilloso…. Os dejo el vídeo oficial:
Estuve a punto de llorar varias veces. Ahora, me veo sola en mi habitación, con la ansiedad encima, con el peso de mi fobia social encima, y escucho otra vez esaas canciones que me emocionaron. Y la música me trae recuerdos. Recuerdos mu lejanos. Recuerdos muy cercanos. Nunca podré expresar todo lo que Damien Rice significa para mi. Cuando siento la ansiedad, me pongo su música y huyo. Escapo bien lejos. No sabe este hombre cuanto necesitaba verlo en directo. No sabe este hombre cuan importante ha sido (y sigue siendo) para mi No sabes cuanto te necesito en mi vida, Damien. No sabes cuan importante es que tú existas.
Un sueño cumplido. Y gracias por estar ahí. Gracias por ser parte de esto.
Esa noche, también vimos (otra vez) a Vetusta Morla. Y lo pasé genial, y me divertí un montón, y fue otro concierto fantástico. Pero nunca nada será igual que el concierto de Damien Rice. Que la voz de Damien Rice, que la música de Damien Rice. El concierto de Vetusta Morla… es otra historia. Para otro día (tengo la canción de Copenhague grabada, por supuesto).