Hoy vuelvo a ti. Y ojalá fuera por gusto, ojalá no sintiera esta profunda necesidad de gritarle a un muro vacío. Ojalá no hubiera vuelto a caer en este pozo que llamamos depresión.
Y ojalá tuviera más herramientas, pero me he vuelto a quedar sin ellas. Así que aquí estoy de nuevo, escribiendole al aire. Llevo un mes y medio ya reflexionando sobre una serie de eventos en mi vida y no puedo decirle a nadie cuales han sido mis reflexiones. 50 minutos de sesión no son suficientes, mis amigos ya están cansados de darle tantas vueltas, de sentir que conmigo no avanzan en nada. Reflexionar me ayuda, hablar de estos temas me ayuda a ir desentrañandolos, pero debo ser la única que se preocupa tanto.
Bueno, si se puede decir que actualmente tengo amigos. Quizás algún amigo, suelto y sin tiempo, desesperados con la vida adulta como cualquiera a estas edades podría estar. Estoy cargando todo en Iago y, en la medida que puedo, en Adry… Pero incluso eso está siendo complicado.
De momento no tengo intención de hacer nada con el blog. Lo utilizaré para trabajar en terapia, hacer las tareas que me va mandando la psicóloga. Y después, supongo, volveré a utilizarlo para expresarme. Para darle el espacio y el valor que tienen mis emociones y que siento que a nadie le importan.
Me duele el alma….