El eterno vidrio roto

Hoy voy a hablar de ti.

De los años que me volvi loca por ti. Mi amor platónico. Siempre te he llamado así. Te pierdo y te encuentro, pero nunca nos damos encontrado. Nunca en el momento exacto. ¿Que pasaria en el momento exacto? ¿Qué si fuera el momento ideal?

Hace 4 años… Quizás hubiese dudado más. Hace 4 años, yo aun pensaba en huir a Madrid y encontrarme contigo. Pero ya no huyo a Madrid y, sobre todo, ya no me encontraba contigo.

En mi interior, algo hace 4 años decidió matar esa historia. «Cosas de cria» me decía. Tus palabras de alguna vez aún resonaba un poco en mi cabeza «para mi eres como una hermana pequeña». Crush. Pedacitos de cristales rotos. Pero no dolió tanto. Al fin y al cabo, solo fue una historia que en ningun momento pudo haber sido y no fue.

Pero ahora estoy como hace 4 años. Con más historia, más madurez y más responsabilidades por delante. Con ideas de futuro. Y tu, con tu vuelta a la libertad. ¡Podemos vernos! ¡Podemos llamarnos! ¡Podemos cenar juntos! Oooh!

Pero yo ya tengo mi casa. Mi hogar. Un sitio al que regresar. Mi mundo compuesto. Y no sería capaz de descomponerlo por ti.

Dejemoslo en… platónico. Y si algún día este sentimiento se convierte en algo más intenso, tan intenso como lo fue durante años… Ya veremos. Ojalá. Ojalá que no.

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