Sonreír.

No sabes lo importante que eres para mi. Me apoyas, me ayudas, me animas, me aguantas mis rayadas (I wanna be~). Me alegras muchas mañanas con un solo «Buenos días» pensando que todo irá mejor (y solo es un buenos días). Me encanta que me envies mensajes, leerlos y reirme solo, saber que te preocupas (no poder contestarlos muchas veces… u.u). Los fines de semana se me hacen cortos y la semanas, las acorto. No se escribir, no se me da bien. Y estar más atento, eso es, un objetivo que tengo marcado y que no consigo llegar, debo ser idiota o algo así. Eres muy especial para mi, y el tiempo pasa rápido y parece poco tiempo. Y quiero que llegue el verano, salir por ahí. Tal vez ir a la playa algún día, por la mañana, aunque sea dar un paseo. E ir a Madrir, Red Hot, Under The Bridge. Y pasarlo genial. Escribo esto y me entran aún más ganas de acabar y acabar el estress y los nervios. Y se que seguramente sigamos quedando el viernes de cada semana. ¿Y qué? me sirve, me llega con tal de verte sonreir. ¿Por qué? Por que te quiero.

Mucho~~~


(¿Aún no entiendes por qué me gusta que me lo digas? O por qué sonrío cada vez que lo dices?) 

Una parte importante de mi todo.

…. Nothing to say. Todo dicho ya.

– No quiero que pienses que eres inútil, y no sé cómo hacer que dejes de pensarlo. Que no eres ningún inútil, que te necesito (no en el sentido estricto de la palabra, por si acaso), pero eres una parte importante de mi todo.
(…)
– Si fueras inútil no te necesitaría a mi lado.
– Te quiero. Mucho.
– Y yo a ti, pero no sé cómo quitarte esa idea de la cabeza.
Ya se me pasará. Muchas gracias. Me has animado, mucho.

(no lo olvides, por favor…. por favor…. por favor…)

Te quiero.

Como ya dije el otro día… 182 días (y sumando), son muchos días. Y sé que a veces te cargo con mil cosas, te hago sentir culpable y puede que te agobie, te canses de mi… tienes mucho que soportar. 

Y puede que algún día, uno de los dos no aguante. Se tenga que ir, porque lo necesite. Puede que algún día tengamos que separarnos. Pero un año parece poco. Dos años parecen pocos. El tiempo pasa rápido, y yo quiero hacer mil cosas contigo.

Pero, hoy, déjame decirte que te quiero. Y te prometo que haré todo lo posible para que no vuelvan a existir los días malos. Y por «llenar de sonrisas» tus días (suena cursi, pero quiero intentarlo). Sé que no soy la mejor persona del mundo, y que no soy fuerte aunque a veces intente parecerlo, y que trato de estar siempre alegre y, en realidad, siempre estoy cansada. Pero quiero intentarlo (aunque no puedo hacerlo sola).

Te quiero.

Nada importante y mis rayaduras: Parte I

Y es que hoy tengo mil cosas que decir.
Yo tambien tengo miedo. No tanto por meter la pata o hacer algo que no te guste. Eso son tonterías. Tengo miedo de saltar y caer. De dar un paso y que tú no lo des conmigo, y sentir que, lo que parecía que era suelo firme, se desvanece bajo mis pies. Tengo miedo de caer en eso que llaman «amor», y que tu no caigas conmigo. Miedo de lanzarme y que no estés a mi lado, que no me sigas. Y de enamorarme y comportarme estúpidamente, hacer cosas de las que me arrepienta… y perderte.

Quizás lo que me da verdadero pánico es el amor, en si mismo.

(y quizás, en vez de escribirlo, debería decirtelo a la cara. Ya sabes, que son tonterías y que yo me rayo mucho por nada. No es importante.)

Sonrisas

Ver fugazmente su sonrisa en todas las sonrisas que ves. Es… extraño, pero empiezo a acostumbrarme. Y empiezo a entender un par de cosas. Y empiezo a pensar que las cosas solo pueden ir a mejor. Quizás ha sido esta última semana… No sé.

Ña

A veces… es como chocar contra un muro. Una muestra de afecto, un «te quiero», y ni se inmuta. No dice nada, no hace nada. Supongo que… duele, un poco. Saltar y acabar chocando con cierta frialdad, con otros temas, cuando lo único que quieres, lo único que pides es que te responda. Creo que no pido tanto, solo un «te quiero».

Pero como sé que es tonto, y que es un bruto, y que probablemente esté pensando en otras cosas. Me callo y digo «ña», esperando que, antes de irme a dormir, nos despidamos con un «Buenas noches. Te quiero». Y una conversación del tipo:

– Hablamos mañana?
– Claro.

Solo sé que soy idiota.

No volveré a caer.

Estás conmigo, estás ahí. Y puedo asegurar que mientras estés ahí, no caeré. Sígueme, acompáñame. Hasta donde nadie ha llegado nunca, hasta esa habitación donde se guardan todos los miedos. Cúrame cada herida con un abrazo, con una sonrisa, con un beso. Cicatriz a cicatriz… Hay mucho que arreglar en este corazón.  Muchos miedos que afrontar, muchos recuerdos que borrar, muchas cosas que olvidar.

No dejes que tropiece de nuevo. Y si tropiezo, no me dejes caer. Y si caigo, recógeme del suelo. Creo que solo tú puedes hacerlo, al menos ahora mismo (nunca se sabe qué pasará mañana… y eso también me da miedo). Por eso, y por muchas otras cosas… Te quiero. Te quiero. Te quiero.

[…]

No more talk of darkness
Forget these wide-eyed fears
I’m here, nothing can harm you
My words will warm and calm you

[…]

Let me be your freedom
Let daylight dry your tears
I’m here, with you, beside you
To guard you and to guide you

[…]

Say you need me with you here, beside you
Anywhere you go, let me go too
Christine, that’s all I ask of you


(Anywhere you go, let me go too)…. Te dejaré venir conmigo. Ven conmigo. Desapareceré, pero no quiero alejarme tanto como para que no me veas. Sígueme. A mi lado. Te quiero a mi lado.

Ñiutu