No estoy tan sola.

Dos veces al mes, me permito cer en mil recuerdos. Llenarme de miedos y fantasmas, dejar que me invadan las pesadillas. Dos veces al mes me permito romper mi corazón en mil pedazos, pensando en todo lo que he perdido y en todo lo que he pasado y aguantado. Me permito serme infiel a mi misma y a mi lema «sé fuerte». El otro día, puse este estado en Facebook. Me permití caer. Me permití dejar de ser fuerte y caer. Me permití mostrarme débil ante los demás, dejar que los demás vieses (de forma pública) una de mis muchas caras amargas, de mis muchas pesadillas, de mis debilidades. Esto fue lo que puse:

«Hoy he vuelto a recordar lo que hicieron, lo buenas amigas que fueron. Y cómo la historia y los hechos las recordarán como las buenas, las víctimas. Y cómo yo fui siempre la mala. Siempre la cruel. Siempre el verdugo.

Hoy he vuelto a recordar cuando me quedé sola en un pozo y pedí ayuda a gritos. Cuando no veía salida alguna. Cuando cada vez me hundía más y más, cada vez más sola. Y hoy he vuelto a recordar cómo, tras pedir ayuda, lo que hicieron fue darme la espalda. Yo no pedía que se me comprendiese. Yo no pedía que se me entendiese. Yo no pedí quedarme sola.

Y ahora recuerdo cómo me dieron la espalda. Hecho a hecho, paso a paso, puñalada tras puñalada. Y los hechos, los datos, seguirán señalandome como la mala.

Malditas pesadillas.»

 

Odio los fantasmas. Odio tener esas pesadillas. Odio tener mis momentos de debilidad. Odio fallarme a mi misma. Pero a veces, en esos momentos de debilidad que decido mostrar, encuentro estrellas que me recuerdan que todo ha merecido la pena.

«¿Y qué? Sigue siendo «la mala» si es que lo creen que eres… A ti que te importa lo que crean?… Aquel que no se molesta en conocerte o consigue desconocerte a pesar del tiempo… ¿para qué lo quieres en tu vida?… ¿Para desmerecerte?. Cuando vuelvan las pesadillas recuérdales que tú sola, con esfuerzo pero sin rendirte, saliste del pozo. ¡Qué vayan a joder a otra cabeciña! La tuya no necesita mierdas que la bloqueen. ADELANTE PEIXIÑA!»

 

A esta persona le fallé y perdí su confianza. Y aún así, sigo recibiendo sus muchas muestras de cariño, día tras día, a cada momento. Siento que puedo contar con ella. Siento que con ella comparto historias, que con ella comparto pensamientos. Que a veces ambas nos sentimos solas entre tanta gente y que nos amparamos en la noche para estar vivas. Solo por tantas cosas, merece la pena. Merece la pena haber perdido. Merece la pena haber ganado.

 

Queridos fantasmas:

Algún día dejareis de joder. Algún día dejareis de doler en mi alma, de pesar en mi pecho, de llenar mi cabeza. Algún día dejareis de amargarme las noches, de joderme los días, de nublar mi mente y mi visión. Algún día dejareis de empañarme los ojos y de hacerme nudos en la garganta. Algún día dejareis de hacerme temblar. Algún día me dejareis respirar.

Algún día tendré el suficiente valor como para mandaros a freír espárragos y deciros que vayais a joder a otra parte.  Algún día sabré ver y entender todo lo que pasó. Y podré verlo desde otra perspectiva.

Pero de momento, no puedo. Aún no es el momento.

Hasta la próxima, Irene.

Arreglando el mundo desde el sofá.

Hoy…

Hoy voy a escribir. ¿Por qué? La misma razón de siempre: porque lo necesito. Siempre escribo cuando lo necesito. ¿Y por qué necesito escribir? ¿Qué necesito ahora mismo?

Necesito… Poner en orden mi mente. Buscarme de nuevo a mi misma. Encontrarme otra vez. Recuperar mis pasiones y mis motivaciones, mis hobbies, mis pasatiempos. ¿A qué me dedicaba hace dos meses? ¿Y como conseguía cumplir todos mis objetivos? ¿Como distribuía mi tiempo? Sé cual es la respuesta a todo esto, y creo saber cual es el cambio. Voy a intentar llegar a ello en esta entrada.

Pongamos en relieve lo que estoy haciendo estos últimos días: ver series, jugar al GW2 y tratar de solucionar el mundo desde mi ordenador. Esto último, especialmente, es tremendamente relevante. Parece que el mundo está patas arriba. Tengo la sensación de que ciertas personas me necesitan más que nunca (cuando no es así). Tengo la sensación de que si no estoy yo con esas personas, no va a estar nadie más (cuando no es así). Me siento imprescindible (cuando no es así). Demasiadas veces me han repetido ya en estos dos últimos meses las palabras de «necesito hablar contigo», «te necesito», «necesito que me hagas un favor». Y yo, a veces, tonta de mi, caigo en la trampa de las palabras. Una trampa que es mi debilidad, que siempre ha sido mi debilidad. Me atrapa y me pierdo en el tiempo.

No malinterpretemos: no me importa perder el tiempo con amigos que me necesiten de verdad. con amigos que nunca me han pedido nada y que, cuando me lo piden, sé que de verdad necesitan que les eche una mano. No me importa perder el tiempo cuando mi bicho está pasando por un mal momento. No me importa perder el tiempo intentando ayudar a una amiga. Pero ya he perdido demasiado tiempo. He desperdiciado demasiadas palabras y demasiadas energías. Y no es culpa de nadie, solo que necesito recuperarlas. Necesito recuperarme a mi misma.

¿Qué he dejado de hacer estos últimos días? He perdido parte de mi esencia. Ya no crocheteo, ya no leo libros, ya no estudio. Lo más importante, siempre al final. He dejado de estudiar. Llevo casi dos meses sin estudiar, y me siento inútil. Siento que estoy perdiendo el tiempo. Siento que no sirvo para nada. Y cuando he intentado retomar el estudiar, ha sido un fracaso. Leía una página y mi concentración se desperdigaba. Estudiaba un tema y me quedaba dormida.

He dormido mucho estos últimos días. Y luego me acostaba tarde, viendo alguna serie (o solucionando el mundo desde mi ordenador). 2.00, 2.30, 3.30, 4.00. Y luego me levantaba temprano (10.00, 11.30…), cansada por no haber dormido lo suficiente, y haber dormido mal. Agobiada, con pesadillas. Y al rato volvía a la cama, me echaba una «siesta». Y vuelta al ciclo insano. Al ciclo insano de dormir mal, de no hacer nada, de la improductividad y del agobio. De las pesadillas circulares. De los pensamientos inadecuados.

¿Como he intentado solucionar esto? Pues, de nuevo, arreglando el mundo desde el sofá. Buscando alternativas. «Voy a dejar esta asignatura porque no me da tiempo». «Solo me presentaré a dos examenes». «El curso que viene haré un FP mientras continúo la carrera, así tendré una rutina, me motivaré más». «Al final mejor llevo este cuatrimestre para Septiembre, sé que puedo». Y así.

Así funciono yo. Siempre he funcionado así. Cuando no consigo arrancar, dejo cosas por el camino, voy soltando «lastre». ¿Que cinco asignaturas son muchas? Pues dejo una. ¿Que veo que esta forma de estudiar me cansa? Pues la cambio. ¿Que veo que este tema se me complica? Pues lo dejo, total no creo que entre (JA!).  ¿Que no me apetece hacer apuntes de esta asignatura? Pues los bajo de internet.
MAL. MAL, IRENE. Así no se aprueba. Y menos en mi universidad. Y lo sabes. Deberías haber aprendido del curso pasado.

Pero… se acabó.
Se acabó eso de arreglar el mundo desde la pantalla del ordenador. Se acabó el ponerse excusas. Se acabó el acostarse tarde. ¿Quieres ver series? Míralas en otro momento. Se acabó el desaprovechar la mañana. En cuanto coja horarios normales me pondré a estudiar. No más siestas a deshora. No más charlas hasta las tantas de la noche. No más pesadillas por cosas que no puedes solucionar en estos momentos (ni nunca). Ni con nada. Tienes dos semanas para prepararte un examen. No puedes fallar, tienes que seguir y no detenerte. Tienes que pensar en ti. No eres imprescindible (nada es imprescindible, mas todo es importante). Los demás no te necesitan.. Les importas, pero no te necesitan. 

Es hora de coger el toro por los cuernos y dejar de lamentarse. Venga, tú puedes, chica! Sé que puedes. Confío en ti... porque nadie más va a confiar en mi misma tanto como yo. Sé de lo que soy capaz, solo tengo que demostrarle a los demás (y a mi misma) que soy capaz de ello. Y que no se diga que no lo he intentado.

Autosuficiente – Jpelirrojo y Curricé

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=EFBb6iJrcAU&w=560&h=315]

[Curricé]He podido ser más grande pero no gracias a mí
He querido usar el plan «B» por el «A» cuando sufrí
He sabido qué es el hambre cuando no pude escribir
Y con nubes o sin ellas he visualizado el fin

Todo marca, más o menos, pero deja cicatriz
La ansiedad me aprieta fuerte cada vez que quiero huir
Y no puedo decir que he sido de los mas afortunados
En los dados… Pero si cuando te conocí.

Si me enciendo otro pitillo no es por ti
Es por nicotina, que vuelve a sobrevivir
Y vuelvo a no ser feliz, por instantes cambio el chip
Pero si abro bien los ojos sale solo sonreír
 
Recoloco prioridades por cada nuevo tapiz
Retrocedo, no por miedo, sino por poder vivir
Cada pisada embarrada en los fallos que tracé con lápiz
La tortura se esconde bajo el barniz

Donde me sentí maestro veo que soy aprendiz
Derramando sentimientos solo muestro ser mas débil
Tempestades inculcan en mí ser mucho más fíio
De cabeza… ¿Y el corazón? Mejor entre rejas
 
Con arcadas de falsedad no vas a arreglarlo
Te crees que me tienes ganado y te tengo calado
Solo guardo y guardo y guardo cada detalle…
Para cuando te arrepientas será tarde


Y no quiero tener nada que no sea mío
Yo solo quiero ser auténtico conmigo mismo
Poder saber que he sido sincero en mi camino
Poder volver y ver que yo elijo el destino
 

[JPelirrojo]Lo hago a mi manera y así sé donde piso
Finjo tener un plan pero en realidad improviso
Trabajo sin descanso para poder descansar
No sé cuando, no sé cómo, mas sé que voy a llegar

Cada tiro que fallo me acerca un poco a la diana
No sé cuantos tiros quedan y la ansiedad se dispara
Cada bala disparada es un peldaño menos
Creo en los dados pero creo que los movemos
 
Dionisio me persigue, hace que dude de mí
Pero Apolo se hace fuerte si miró a través de ti
Si busco felicidad implica que no la tengo
No me busco a mí mismo y por eso me encuentro
 
Mis principios varían, dependen de la situación
Cambian las circunstancias y cambia mi visión
Demasiado maquillaje en tu cara y tus palabras
Puede que a mí sí pero a ti mismo no te engañas

Me escondo con la máscara más pequeña del mundo
¿Ser un rey tartamudo porque todo el mundo es mudo?
¿Es cada reacción una nueva decisión?
Fríos pensamientos, tiempo y situación

Ser autosuficiente donde nada es suficiente
A veces la realidad cambia si cambias la lente
Nada es imprescindible pero todo es importante
Mas no existe el amor si no existe el amante

Y no quiero tener nada que no sea mío
Yo solo quiero ser auténtico conmigo mismo
Poder saber que he sido sincero en mi camino
Poder volver y ver que yo elijo el destino


Y no quiero tener nada que no sea mío
Yo solo quiero ser auténtico conmigo mismo
Poder saber que he sido sincero en mi camino
Poder volver y ver que yo elijo el destino

Escribir para que nadie escuche.

Hoy toca. Creo que nadie lo leerá, pero antes de escribir directamente y provocar iras, lo escribiré por aquí y todo quedará entre estas «cuatro paredes».

Hace poco puse una entrada dedicada a quien me dejó marchar. Quiero creer que parte de esa entrada es verdad. Me gusta pensar que, cuando algo se acaba, ambas partes sufren. Porque yo sufro, me gustaría pensar que a la otra persona también le duele. Bueno, pensar eso no lleva a nada.

Esta vez no venía a decir eso. Esta vez me gustaría decir que en realidad, quien sale perdiendo en toda esta historia es la otra parte.  ¿Qué pierdo yo? Solo lo que la gente llama «vida social». Quedadas, eventos, tiempo que NO compartiré con ciertas personas. Poco más, porque poco más me aportaba (y ojalá estuviese equivocada). 

¿Qué pierde la otra persona?

– Un punto de apoyo aunque no lo necesites.
– Una compañía cuando todo el mundo falla.
– El ánimo de hacer lo que quieres y de llevar tus proyectos adelante.
– Un buen support con quien mejorar un adc.

¿Sabes por qué? Porque pensandolo esta mañana y viendo tus tuits esta mañana, me he dado cuenta de que, cuando estabas desanimada por tus estudios, quien te intentaba animar era yo. Que si yo no te hubiese dicho lo de sicue no hubieses pedido nada. No hubieses intentado nada. Que te he motivado con tus pasiones, manteniendo tu interés por las cosas, intentando hacerte ver lo que vales. Que cuando te creaste un blog (que no continuaste), la que siempre lo leía era yo, y la que te animó a continuarlo… ¿quien fue? Ah, sí. Yo. ¿Y cuando intentaste hacer una quedada y nadie, o muy poca gente, te fue? ¿Quien estaba allí? ¿Cuando planeaste quedar casi todos los sábados posibles en tu casa para ver pelis, quien te dijo «vale, hazlo que yo voy, sino lo hacemos en mi casa»? A veces tengo asuntos personales, no siempre puedo estar y es lo normal. Pero siempre que puedo, no pongo excusas. Estoy. Voy. Invito.

No tendré inteligencia emocional. No seré una buena amiga. Pero por decir cosas bonitas cuando todo el mundo te las dice, no considero que eso es «ser buena amiga». Ayer te desanimaste por tus estudios, y yo no sé si alguien te intentó animar. Yo lo hubiese hecho esta mañana en cuanto lo leyese, pero no quieres. Te hubiese dicho mil cosas esta mañana, solo para hacerte ver lo buena médica que eres, que no eres tan mala, y que pediatría es tu mejor opción. ¿Cuantos médicos habré visto sacarse el librito en plena consulta? Porque no tienes por qué sabertelo todo al dedillo, no vas a matar a nadie por ello, y aún tienes muchos años por delante para aprender a base de prueba y fallo. Pero no. Porque me estás dejando marchar, y  vas a perder mucho.

¿Qué pierdo yo?
– ¿Un ADC? No lo necesito. ¿Un support? Tampoco.
– ¿Un punto de apoyo? Si tengo algún problema, me habeis dejado claro que no puedo acudir a vosotras. Lo siento, pero ya aprenderé a mantenerme sola, sin ningún punto de apoyo. No pierdo nada porque no tenía nada.
– ¿Una compañía cuando todo el mundo falla? Jajajaja. Además, no todo el mundo es como yo.
– ¿Alguien que me anime? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Y esto me hace más gracia. Siempre me siento muy sola, pero nunca me siento tan sola como cuando intento expresar mis pasiones y NADIE me apoya en lo que hago. A mi nadie me pregunta qué tal con Filo, o si tienen alguna duda de ética. No, nadie ha venido a mi. Y nadie me ha animado a seguir con el blog (aunque es personal), o con cualquier cosa con la que me haya empeñado. Cuando dije que quería hacer voleibol, cuando dije que quería ayudar a una protectora, cuando dije…. Solo silencio.

¿Qué pierdo? Intento poner en una balanza ambos pesos, y solo veo que la otra persona sale perdiendo. Quizás no es así, quizás no pierda nada. O quizás diciendo esto soy egocéntrica.

Puedo ser cruel, y lo seré ya que esto no lo leerás. Si no eres capaz de ver las bondades de los demás, ¿cómo crees que vas a ser buena médica? Si no eres capaz de lograr las metas que te propones, ¿cómo vas a ser capaz de hacer algo por los demás? ¿Quieres hacer un blog? Síguelo (pero ya lo has abandonado). ¿Quieres dedicarte a las personas y preocuparte por ellas? Hay miles de opciones, pero donar sangre no es solo una de ellas. Voluntariado, ayudas humanitarias, etc. Pero solo te preocupas cuando tienes que preocuparte para tus examenes, o para demostrar lo que sabes, o para decir «sí que me preocupo». Así no se hacen las cosas.
No vale decir «soy buena persona» y no hacer NADA por nadie. No, señores. Realmente me cansé del postureo friki de pensar que somos los mejores del mundo, pero por los demás no hacemos nada. No se es buena persona por ayudar al de al lado solo por tener aficiones afines. No se es buena persona por ayudar a un hermano, amigo, primo o sobrino, por decirle lo «bonita» o lo «pichurra» que es. Si, además de eso, aportasemos algo más a la sociedad, si pusieramos más de nuestra parte por desconocidos… ¿Qué vas a hacer si solo miras y juzgas? De verdad, me pone enferma.

En fin, no va el tema de eso. El postureo de «yo soy buena persona y tú eres tóxica» me cabrea la vida. A veces tendré comportamientos no deseables, pero al menos soy todo lo auténtica y sincera conmigo misma que puedo. Tengo un mínimo de autocrítica y sé reconocer mis fallos. Sé reconocer cuando me comporto «mal», cuando no debí hacer algo. Pero también sé cuando hago las cosas bien, cuando hago todo lo que puedo por los demás. No, no soy tan mala como crees que soy.

Pero… ¿sabes qué? Me da igual. ¿Quien pierde? Yo, desde luego, creo que no. Y de todo esto ganaré algo, porque de todo esto aprenderé algo. Dudo que tú vayas a aprender algo. Dudo que tú sepas reconocer donde te equivocaste, y dudo que vayas a aprender de esos errores. ¿Quien es orgullosa? Yo, desde luego, no. Las perdidas se convierten en ganancia tras pasar por la fase de duelo. ¿Qué ganas? ¿Tranquilidad en tu vida? ¿A costa de qué, a costa de cuánto? ¿Merece la pena? No creo. A mi no me merece la pena perder. Aprenderé por el camino, pero si puedo no perder, no me rendiré.

Excepto cuando me dejan marchar. Y me estás dejando marchar. No te arrepentirás, porque ya sé que para los demás valgo muy poco, pero… ¿qué importa cuanto vales para los demás? Lo importante es cuanto valor te das a ti mismo. Ser auténtico contigo mismo. Eso es lo que importa.

#yporesomerelacionomejorcontíos

Llevaba tiempo sin escribir absolutamente nada. Supongo que no lo necesitaba. Y no sé aún muy bien qué es lo que quiero decir con esta entrada. Ni cómo puedo decirlo.

He «cerrado» casi todas mis redes sociales. Ayer tuve un día bastante horrible, así que hoy estoy motivándome con Vetusta Morla y pensando en las cosas buenas que tengo.

«Amistad». Qué palabra tan complicada. Es parte de las «cosas buenas que tengo», pero también de las malas. Y voy a hacer generalizaciones en este tema:

Las tías, por lo general, se toman la amistad más como «oh, estoy ahí para todo lo que necesites» y «ay, que bonitas mis pichurras» o «cuando me necesites llámame», y hacen «piña de amigas»…. Y luego nada. Ni están ahí cuando lo necesitan, ni cuentan contigo cuando lo necesitas, ni puedes contar con ellas cuando las necesitas.

Los tíos… se lo toman más a lo de «estoy aquí». Y ya. Ni te van a tratar como si fueras especial, ni te van a tratar como si fueras lo mejor, ni van a «hacer piña de amigos».

Cuando estoy mal, no suelo decir nada en persona. No quiero molestar a nadie. Lo pongo en twitter o FB y ya quien se preocupe, que me diga. Generalmente, en estos casos, las tías siempre han pasado. De todo. Así estés muriendote. Y los tíos, aunque sea, te responden o te pregunta… o se preocupan. Un mínimo.

Lo siento, pero es que estos días me he decepcionado bastante. Tanto «amor de amiga» me pone enferma. Me parece super falso. Porque luego a esas personas les importa una mierda lo que te ocurra. Les da igual.

Y yo soy la gilipollas que, en cuanto a ellas les pasa algo, estoy ahí para preguntarles si están bien, si quieren algo, si pueden quedar. Animarlas y esas cosas, vaya. Para que luego ni me contesten a los mensajes y pasen de mi. No me parece nada justo.

A new beginning

Gritos, lágrimas y una puerta que se cierra. ¿El fin de una etapa? No lo sé.

Tus decisiones construyen tu camino. Y es hora de retomarlo de nuevo en vez de dejarse llevar. Si no te gusta algo, cambialo, ponle solución. De nada sirve quedarse en un pozo si no intentas salir de él. Aunque te caigas, una y otra vez.

Una decisión ya está tomada. Quedan mil más por tomar. Todo un camino por delante.

Confianza… Ya, claro

¿Confianza? ¿Qué es eso? La perdiste. Te la quitaron, poco a poco, lentamente. A base de desilusiones, de noches largas, de mañanas tristes. Y que a nadie le importara. Y a nadie seguía sin importarle.
Al final, te das cuenta de que…

Y dejas de confiar.
¿Y tu familia? ¿Qué dice tu familia? Juzga sin saber, y ni se preocupa. Se piensan que…se piensan que. Como si la vida fuera fácil simplemente porque te lo dan «todo», porque no te falta «nada». Y sin embargo tampoco a ellos puedes contarles el más mínimo problema. Sólo te crea quebraderos de cabeza.
¿Y la amistad? La gente juzga sin más. Justifica. «Será un mal día». Ojalá. ¿Como confiar en ALGUIEN con tal panorama? No escuchan y emiten juicios de valor. ¡Qué valientes!

Y asi es como se pierde la confianza. En casi todos (salvo UNA persona… Qué triste).

Las 6 de la mañana.

¿Como es posible que sea «un mundo feliz», si de «feliz» tiene más bien poco? Cuando son las 6 de la mañana y sigo aqui, despierta, incapaz de tumbarme y dormir. No quiero cerrar los ojos.

Discusiones sin sentido. Así se le quitan todas las ganas a uno de seguir… El amor se rompe con pedacitos de desilusión. Y a veces siento que poco a poco se va rompiendo. Eterna frialdad. Me da igual todo.

Fragmento III – Amistad

Gracias, queridos compañeros, por acompañarme en este viaje.

Es un placer teneros aquí, leyendo esto, un texto en el que os demuestro lo importantes que sois para mi. Todas esas personas que han compartido alguna vivencia conmigo y han soportado todos los conflictos que se han presentado ante nosotros.

Primeramente, querría agradecer a aquellos que solo están ahí por el interés pero que, en el fondo, no han apreciado mi compañía. Gracias, de verdad. Ha sido gratificante darme cuenta, poco a poco, de que habeis estado ahí solo cuando a vosotros os ha interesado. Para todos vosotros:

«Por el interés, te quiero, Andrés.»

A los que ya no están, me gustaría decirles también unas palabras. Por todo lo que me habeis enseñado, por demostrarme «cómo soy» y todos esos calificativos. Mi egoismo y mi autoestima os lo agradecen mucho.Me habeis demostrado que hay gente por la que no merece la pena luchar.

«No vale la pena luchar por una persona que no lucha por ti.»

Mencionar también a los que dicen que he cambiado, que no soy la misma. Os pregunto «¿Por qué?». No será que no lo he intentado lo suficiente. Y, para los que piensan que «estoy ausente», solo decir que no, no estoy ausente. Pero no voy a estar para alguien que no está para mi cuando lo pido expresamente.

«Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.»

 Y, a aquellos que en su momento fueron ‘amigos’, y que ahora simplemente son personas a las que no me gustaría ver (alguna que aún me gustaría tener cerca, en algunos momentos). A vosotros, daros las gracias por todo lo que habeis sido, y lo que, a lo mejor, os habeis perdido. El pasado es pasado.

«Todos sabían lo que tenían, pero nunca pensaron que podían perderlo»

Gracias, amigos míos, por haber estado en los mejores momentos de mi vida. Gracias, por NO estar en el momento en el que dije «quiero desaparecer». Gracias por NO estar el día en el que me di cuenta  que los que no estaban, no merecían la pena. El día que me di cuenta que la amistad va mucho más allá del «estar» o «no estar», y lo que importa es el presente. El día a día, el aquí y ahora. No nos podemos quedar anclados en el pasado, en cosas que hemos hecho o hemos dejado de hacer (o no hemos hecho). Un concepto de la amistad distinto, del presente, del pasado, del futuro. De las personas que SIEMPRE han estado ahí, que siguen estando, y que quiero que sigan estando en todos esos momentos importantes de mi vida.

Un sms en su día no fue suficiente, a nadie le importó y nadie le dió la menor importancia (no me lo han demostrado, al menos). Así que, a todos vosotros, os doy las gracias, por absolutamente NADA.

Porque los amigos sabrán animarte cuando estás mal, sin tener que estar contigo ni pasar tiempo contigo. Porque puedes estar meses sin hablar con ellos, que todo será EXACTAMENTE igual que siempre. Por esos detalles que MERECEN la pena. Gracias, «amigos», por abrirme los ojos, por hacerme entender lo que de verdad significa «amistad».

«Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un ¨te quiero¨, siempre habrá un amigo.»

Me he cansado.

Quizás es eso. Quizás es que me he cansado de todo. De la vida, de la gente, de buscar siempre un ‘algo’ que no existe. He perdido las ganas de… Luchar, de luchar por mis pensamientos, de defender quién soy. «Soy asi», era mi mejor excusa. Y ahora… ¿Quien soy ahora?

He pasado años defendiendo que..ser como era, era lo ‘correcto’, que estaba bien. Que debía «ser yo misma». Y, sobre todo, he pasado años con un único propósito: mejorar como persona.

Es un propósito que me marqué después… De años de máxima soledad, apartando a gente a la que de verdad le importaba, alejandola, enfadandome con ella por cualquier motivo (como hago siempre)… Y que ha seguido ahi, aguantandome, año tras año, dia a dia, cada hora. No quería que volviera a ocurrir. Queria arreglar cada error cometido con esa persona, cada gilipollez dicha, cada estupidez… Queria… Mejorar como persona, ser «buena», como ella había sido conmigo, siempre.

Pero cada dia, cada semana, cada mes, y especialmente estos ultimos, todo parece indicarme una cosa: he fallado. He fallado en mi proposito. No he mejorado NADA como persona. Sigo siendo la misma persona horrible, cobarde, que aparta a los que mas le importan y se enfada por tonterías, sin saber valorar lo que de verdad tiene a su lado. Sigo siendo la misma egoísta e inmadura que era hace 3-4-5 años. He fallado.

Y cada palabra, cada persona, me lo recuerda. Constantemente vuelve. «Eres de lo peor», «No quiero que te juntes conmigo», «No quiero que le hagas daño a mis seres queridos», «Desaparece», «Eres una egoista, caprichos», «Nunca piensas en los demás», «Eres mala»… He fallado. He intentado ser «mejor», y solo he conseguido…cansarme. De todo.

¿De verdad es autoinflingido? No es tan fácil cuando has fallado el único proposito por el que luchabas, la unica razón que te movía, que te hacia levantarte cada dia con una buena intención. No es tan fácil cuando has fallado hasta en eso. ¿Como quieres que me sienta ahora? Soy un desastre de persona, y ni siquiera puedo cumplir con lo que quiero…

Perdón.