Tiempo de cambios

Supongo que su entrada me ha hecho pensar. Bueno, de alguna manera, es algo en lo que siempre he pensado. Donde estaré dentro de un año, o dentro de 20… ni siquiera tan lejos, dónde estaré dentro de 8 meses, en Septiembre… o incluso en Junio, cuando empiece mi pequeño «calvario»cuando el mundo empiece a girar, cuando empiece a moverme, cuando empiece a «hacer algo».
 Mi vida siempre ha sido sencilla, sin cambios bruscos (excepto excepciones… valga la redundancia), basada en la rutina y en el paso del tiempo. Nunca me ha preocupado (y, aún así, sigue sin preocuparme). No necesito una vida complicada, que yo ya me la complico bastante. Todo ha sido lento, despacio, y las pocas veces que he ido con prisas, todo ha salido del revés. Sin embargo, no puedo evitar pensar que dentro de nada mi vida quizás sea diferente, quizás no tanto, quizás no haga nada o esté haciendo algo que me guste, o esté haciendo algo que no soporto (¡espero que no!). Pensar que no queda nada, absolutamente nada para que tenga que decidir, y decidir algo de lo que no me arrepienta en la vida, que sea lo que realmente quiera, que me haga «feliz» o, al menos, no me aburra, que se adapte a mí de la mejor manera posible. Decidir y no hacerlo mal, pues es algo que cambiará mi vida. Supongo que es lo que sientes cuando se acerca ese momento decisivo, cuando en cinco meses todo se acaba
Está claro que no echaré de menos vivir aquí. Mi pueblo no es lo que se diga un pueblo agradable. No sé donde estaré, pero Vigo no quedará tan lejos.Echaré de menos las clases de japo… por no decir a él. Pero no me preocupa. Estaré bien, estará bien, estarán bien. Y seguiré sonriendo
Es el no saber y la incertidumbre lo que me preocupa (un poco), y el tener que afrontar esos cambios. Y que sean para mejor, nunca para peor… Será cuando mi vida se empiece a mover por algo, y eso será importante. ¿Sabré lo que es amar? Quien sabe.

Donde iremos a parar

Alea – Donde iremos a parar

(sin vídeo… Alea, esa gran desconocida)
¿Cuántas vidas hace que te quiero
y que juegas con mis sentimientos?
Desde que te vi te espero,
pero no llegó el momento.


¿De dónde has salido, pequeña?
Quiero ver tus documentos
dónde dice que serías
la estrella de mis anhelos


Eres como el hada
más bella de todos los cuentos.
Juegas con tu magia,
ajena de mis pensamientos
que velan por ti cada día,
que te aman en silencio.
Las circunstancias impiden
por ahora nuestro encuentro


Na, na, na, na, na, na
¿Dónde iremos a parar?
na, na, na, na, na, na
Quiero verte un día más.
Quizá tu luz me guiará


Poco a poco pasa el tiempo, 
cada uno en nuestro invierno.
Las caricias de otros cuerpos
tranquilizan nuestros sueños


¿De dónde has salido, pequeña?
Quiero ver tus documentos
dónde dice que serías
la estrella de mis anhelos


Na, na, na, na, na, na
¿Dónde iremos a parar?
na, na, na, na, na, na
Quiero verte un día más,
quizá tu luz me guiará
y yo volveré a cantar.


Na, na, na, na, na, na

¿Dónde iremos a parar?
na, na, na, na, na, na
quiero verte un día más
quizá tu luz me cegará
y no volveré a cantar



Simplemente porque me encanta esta canción, porque es especial, porque me recuerda a Yuki o porque me hace pensar un poco en mi de vez en cuando. Alea… me haces soñar, Alea, me haces soñar.

Año 2010

– Una foto:

– Un video:

– Una cancion:
Never Gonna be Alone

– Una frase:
Te quiero

– Una persona:
PAPÁ, Guille, Antía, Lucas…

– Un lugar:
Vigo

– Un libro:
La Fundación

– Una película:
Avatar (3D)

– Una página web:
http://www.ascodevida.com/
http://la-frasetontadelasemana.blogspot.com/

– Una hora:
Las tardes en Vigo

– Un juego:
Battle DON

– Lo que más me gustó:
El verano, especialmente el final (y las largas tardes en Nigrán)
Los batidos de yogur de la heladería italiana

– Lo peor:
… El funeral de mi padre.
Navidad

– Un texto:
Había subido desde las costas de Argel y Tingitania hasta nuestros mares cantábricos, una pequeña flota de piratas berberiscos que, con sus contínuas incursiones, tenían atemorizados a todos los pueblos de la costa desde Avilés hasta Navia.Los barcos berberiscos, más pequeños , ágiles y ligeros que los grandes barcos de la flota del rey, escapaban de contínuo de todas las persecuciones y parecía que fuera imposible detenerlos nunca.Mandaba la flota pirata un moro llamado Cambaral, famoso por la extrema crueldad que mostraba en sus asaltos y por lo ingenioso de sus ataques. Entre su pericia como capitán y las características de sus embarcaciones, ciertamente, era difícil capturar siquiera alguno de los barcos que componían la flotilla.

Cansado de las tropelías que cometían los berberiscos, el señor de la fortaleza de Luarca, también conocida como La Atalaya, decidió que ya era hora de acabar con ellas y que, dado el fracaso de la flota real, se hacía necesaria una nueva estrategia que facilitara su captura. Embarcando a sus más fuertes y aguerridos guerreros en sencillas embarcaciones de pesca, bien disimulados entre sus aparejos y artes, salieron a la mar a esperar que apareciese la flota berberisca. A pocas millas de Luarca, se pusieron a pescar con la intención de que los moros les viesen como un botín fácil y de que, confiadamente, les asaltaran.

Efectivamente, en cuanto aparecieron los barcos berberiscos y vieron las barcas de pesca, se lanzaron a su ataque.Pero cual no sería su sorpresa, en cuanto se acercaron a ellas, que vieron que de ellas salían decenas de guerreros perfectamente armados y preparados para el abordaje, y que eran las inocentes barcas las que les atacaban ellos y no al contrario, como tenían previsto. El combate fué largo y cruento, pero la sorpresa y maniobrabilidad de las barquillas, dieron toda la ventaja a los luarqueses.

Cambaral fue hecho prisionero, cargado de cadenas y conducido a la fortaleza de La Atalaya, en cuyas mazmorras lo encerraron sin curarle siquiera las heridas.

Mientras el señor de Luarca y sus aliados festejaban el triunfo y preparaban los despachos para anunciarle al rey la buena nueva, la hija del señor, una bella doncella de espíritu generoso y gran corazón, pidió permiso para curar sus heridas y se dirigió a las mazmorras.

Había poca luz allí, pero, parece, no les hizo falta alguna, pues fué verse, siquiera entre las sombras, para que surguiera entre ellos el más puro amor. A pesar de las heridas, o quizás por ellas mismas, Cambaral comenzó a sentir lo que todas su correrías le habían ocultado: que era huérfano de corazón, que sus fechorías no lo había evitado nunca y que nunca lo evitaría, que podía hallar descanso y sosiego, al fin, en este amor que se le ofrecía. La hija del señor, que nunca había sentido las punzadas del amor noble, curó las heridas casi con veneración, pero también con una congoja que la atenazaba, pues conociendo bien a su padre, sabía cual iba a ser el destino de Cambaral y, por ende, más que probablemente, el suyo.
En aquella semioscuridad se declararon su amor mutuo y se hicieron esas promesas grandilocuentes con que los amantes noveles adornan la adversidad. Pero cuando Cambaral, se recuperó de sus heridas, volvió a emerger en él su audacia y su ingenio, que tan bien le habían servido en sus correrías por todas las costas, desde Argel hasta el Cantábrico, y planificó la fuga de ambos.

Fué una huida alocada, sin posibilidades de éxito, practicamente, pero los ojos de los amantes no veían sino el momento en el que su amor podría al fin desplegarse, herirse con sus besos, consumarse en pasión. No veían otra cosa que esa determinación cuando bajaban hacia el puerto desde la fortaleza, escondiéndose en las esquinas, corriendo atropelladamente y buscando, ya en los muelles, el barco de Cambaral que, rápido y ágil como era, hacia ella misma les dirigiría.

Sin embargo, el señor de la fortaleza ya había sido avisado de la fuga y, con un destacamento de tropas, esperaba a los amantes en el puerto. Allí acabaron sus sueños y pusieron a prueba todas aquellas promesas que se habían hecho; viendo imposible la huida, Cambaral abrazó a la hija del señor de Luarca; ambos se miraron como si se estuvieran diciendo algo que no se puede decir (amor que nace a oscuras, oscuro muere); ambos se besaron como si ya nunca más se pudieran besar (ya nunca los labios volverán a soñar)…
Y así fuera que el señor de Luarca, loco de ira, incapaz de soportar aquel beso que para él era blasfemia, de un solo tajo, cortó ambas cabezas, las cuales fueron a escabullirse, en su beso final, a las frías aguas del puerto, justo donde años después se levantaría el llamado Puente del beso.

– Un sentimiento:
Amor, cariño, calidez… Dolor, tristeza

Resumen del 2010 en pequeñas palabras, como hice el año pasado. Este año ha sido un año bastante difícil, complicado y… bonito y horrile a partes iguales. No puedo decir que haya sido el mejor año de mi vida, ni mucho menos. En él he vivido los peores días de mi vida, y algunos bastante buenos. Lo he pasado bien, he reido y he llorado, he estado triste y me he hecho más fuerte (o eso creo). He perdido y he ganado. Y sigo perdiendo.
Siento que, esta vez, la foto no hace justicia. Debería poner varias, pero…. tiene que ser una, ¿no? Realmente,  no entiendo por qué, pero esa es la «tradición». Y si tengo que poner una, tuve que poner esa. Era la que más me gustaba. Y sin embargo, falta la gente MAS IMPORTANTE. Supongo que la guardo en mi corazón, cada momento, cada instante.

Resumiendo… año 2010, por unas cosas y por otras, será un año que no olvide. Especialmente un 30 de Octubre o un 28 de Septiembre, con su W.

Él…

Y no, no voy a hablar de ÉL, sino de él. El hombre del  sombrero. El que viste de negro. El guitarrista. El de la play pirateada y un SwapMagic que no funciona. Alfred o América. El héroe. En parte, es cierto, es el héroe. Él, que no es tan diferente a mi. Él, tan especiala su manera. Él, siempre dispuesto a ayudar. Él, que quiere ser psicólogo. Él, que suele ser mi psicólogo particular.

¿cuántas veces te habré preguntado qué es el amor? ¿cuántas veces te habré comentado mis dudas y he hablado contigo mis problemas? Supongo que a ti también te debo mucho, aunque quizás de una forma diferente. Puedo ser terca y muy cabezota. Muy insegura. Puedo ser idiota, como a veces me tienes dicho, y a menudo echo de menos nuestras largas conversaciones sobre mil cosas. Sobre mí, sobre ti. Después de todo, no somos tan distintos. 

Te prometí que iba a hacer esta entrada, y la haré. Quizás no sea tan especial como la que le dediqué a Ella, pero, en cierto modo, no deja de ser especial. Por lo mucho que me ayudaste y me ayudas… como digo siempre, me gustas. Pero, y aclarando esto, como muchas veces he dicho también, me gustas por tu forma de pensar, tan intrigante y enigmática. Tan complicada y tan fascinante. Siempre me ha gustado, desde que poco a poco te fui conociendo, quizás, un poquito más. Supongo que aún no sé nada, o casi nada, de ti pero es suficiente para que te quiera tal y como eres. Para que me gustes como persona.

Supongo que es un sentimiento que siempre voy a tener. Una certeza, una seguridad. En parte, me recuerdas a cierta persona… supongo que no era muy distinto a ti.

La canción que te pongo… no es por nada especial… ya lo entenderás XDD

Eat it

 

How come you’re always such a fussy young man?
Don’t want no Captain Crunch, don’t want no Raisin Bran
Well, don’t you know that other kids are starving in Japan
So eat it, just eat it (prrr)

Don’t wanna argue, I don’t wanna debate
Don’t want to hear about what kind of food you hate ooh
You won’t get no dessert ‘till you clean off your plate
So eat it, don’t you tell me you’re full

Just eat it, eat it , eat it
Get yourself an egg and beat it
Have some more chicken, have some more pie
It doesn’t matter , it’s broiled or fried
Just eat it, eat it, eat it, eat it
eat it, eat it, eat it, eat it, ooh

Your table manners are a cryin’ young shame
You’re playin’ with your food like it’s some kind of game
Now, if you starve to death, you’ll just have yourself to blame
So eat it, just eat it (prr)(burp)

You better listen, better do what you’re told ooh
You haven’t even touched your tuna casserole ooh
You better chow down or it’s gonna get cold
So eat it

I don’t care if you’re full
Just eat it, eat it, eat it, eat it
Open up your mouth and feed it
Have some more yogurt, have some more spam
It doesn’t matter if it’s fresh or canned
Just eat it, eat it, eat it, eat it
Don’t you make me repeat it
Have a banana, have a whole bunch
It doesn’t matter what you have for lunch
Just eat it, eat it, eat it, eat it
Eat it, eat it, eat it, eat it
(hoh hoh hoh hoh hoh)

Eat it, eat it, eat it, eat it
If it’s gettin’ cold, reheat it
Have a big dinner, have a light snack
If you don’t like it you can’t send it back
Just eat it, eat it, (woohoo) eat it, eat it
Get yourself an egg and beat it (oh lord)
Have some more chicken,(woohoo) have some more pie (woohoo)
It doesn’t matter , it’s broiled or fried
Just eat it, eat it, eat it, eat it
Don’t you make me repeat it (oh no)
Have a banana,(woohoo) have a whole bunch
It doesn’t matter what you had for lunch
Just eat it, eat it, eat it, eat it

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 
PD: siento no haber podido colocar unas fotografías mejores… no tenía, vale?? ¬¬ pero supongo que tú sabrás entenderlo, ^^

Por poder, puedo

Podría escribir mil cosas, escribir mil palabras y doscientas letras. Podría hablar sobre todo, sobre nada y sobre lo otro. Sobre esto, sobre aquello. Podría inventarme una historia que hablase de dragones, duendes, príncipes y princesas. Brujas malvadas, ogros y el hombre del saco. Una historia que dé miedo, una que hable de amores imposibles, de amores olvidados, de amores que no pueden ser. Una historia que tenga final feliz. Una historia en la que mueran los protagonistas, a lo Romeo y Julieta. Podría inventarme una historia que trate de la profundidad del corazón, que hable de esa parte oscura del alma. Una historia que te dé miedo, que te haga pensar, que te haga reflexionar, que te haga cambiar. Podría escribir un cuento infantil, sobre perritos, conejitos y animalitos diversos, que tuviera una intención moral, que pretendiera educarte. Podría hablarte de un hombre no demasiado alto, un gigante o de aquella chica que vi. Una chica que lloraba. Podría hablarte de la tristeza. Podría hablarte de la alegría. Podría hablarte del amor o del odio. Podría hablarte del egoísmo de la humanidad. Podría hablarte del egoísmo individual de cada uno. Podría contarte cuales son mis anhelos, podría averiguar qué anhelan los demás. Imaginar y dejar que las palabras fluyesen.Podría contarte qué dicen las canciones que escucho o que quieren decir todas esas melodías. Podría enseñarte el lenguaje del silencio o describir el sabor del viento. Podría decirte de qué color es el sonido de las olas del mar o a que huele el tacto de una mariposa. Podría decirte qué veo cuando cierro los ojos, cuando todo está oscuro. Podría contarte una historia que hablase de la soledad y de alguien que siempre estuvo solo. Podría decirte qué es la amistad e inventarme una historia sobre eso. Escribir sobre la marcha en qué consiste el mundo.  Podría hablar de mi y contar mi historia. Podría hablar de ti. Podría hablar de él o de ella. De nosotros. De ellos. Podría hablar de todo lo posible y lo imposible. De aquel juego que jugué, de la serie que vi o del libro que leí. Puedo escribir una historia real o inventada, original o una copia. Podría perderme en mil palabras, en mil preguntas y en mil respuestas. Podía irme por las ramas y no decir absolutamente nada. Decirlo todo. Repetirme y volver a decir lo que ya he dicho. Repetirme de nuevo, con los mismos errores. Podría decir todo lo que he callado y lo que sigo callando. Podría perderme entre líneas (y no sería difícil). Podría decir todo lo que quiero y lo que no quiero. Podría no decir nada y quedarme en silencio.

…..

…..

…. Silencio. Podría decirlo todo. Y sin embargo, no habría dicho nada. Y sin embargo, lo que quiero decir está ahí.

No he dicho nada.

… Navidad

Me pregunto… me pregunto que hubiera pasado si no hubiese callado  nada. Si me hubiese lanzado. Si hubiese sido más directa y menos retorcida. Si no hubiese intentado engañarme a mí misma y decirme que no lo quería, que «solo era amistad». Me pregunto si las cosas hubiesen sido diferentes, si estaría ahora tratando de salvar distancias o, por el contrario, me hubiese olvidado de ti. Si sería capaz de olvidarme, si no te debiera tanto. Si no hubieses sido todo, mi salvación, mi cordura, esa mano a la que sujetarme…

… Hasta que sentí como si te hubiese ahogado. Hasta que sentí como si te hubieses ido. Hasta que sentí que sería difícil recuperar todo ese tiempo, esas conversaciones que tanto me ayudaron a crecer, que tanto me enseñaron, con las que aprendí casi todo. Aprendí más con mis errores.

Sin embargo, estoy confusa. No sé qué pensar, no sé qué piensas. No sé ni si te conozco, si sigues siendo el de ayer. Yo, desde luego, he cambiado. Gracias a ti, por tu culpa, por mi culpa, gracias a mis grandes errores y mis meteduras de pata. Me siento culpable, por todas y muchas cosas, por ti, por mi, por él. Me siento culpable por tantas cosas que dije y que callé. Por tantas que aún callo, por tanto daño que puedo hacer.

No sé si merecerá la pena llorar. No sé si reír.  No sé. Ojalá alguien me enseñara a amar, sería mucho más fácil. Pero, como tú mismo me dijiste, eso no se enseña. Tambien me gustaría aprender a olvidar. Y olvidarte, por que no sé si es bueno. Por qué no sé  nada.

Feliz Navidad a ti también. Y buenas noches. Y gracias. Y hasta pronto. Seguiré esperando que te conectes y hablemos. Que me mandes un mensaje, y hablemos. Que  me llames, y hablemos. Seguiré esperando, aunque no sea bueno.

Cierta Personita…

No hace mucho (una semana, quizás dos), pregunté por qué la vida no deja de darnos palos cada dos por cuatro. Solo una persona me respondió, solo una, pero… fue suficiente. Su respuesta me impresionó, me gustó tanto…. me encantó. Y no encantar de decir «oh, me encanta». No, no. Encantar de sentir, quizás, la magia de esas palabras.

Para que, después, nos levantemos y digamos «aún estoy aquí, no voy a rendirme».

Supongo que ahora esa persona ya sabrá quien fue (y quizás antes también). Es alguien que, desde el momento en que la conocí, supo estar ahí. Unas veces más, otras menos, pero siempre estuvo ahí (aunque quizás ni ella misma se haya dado cuenta). Una sensación extraña, con un pensamiento muy parecido al mio. Con nuestras diferencias, y eso la hace especial. Con sus dudas, y yo con las mías. Con sus abrazos al cruzarnos. Llegando temprano y entrando tarde por nuestra culpa. Su ayuda, siempre que la necesito. Esa forma de ser que tanto me gusta. Llamarla LOWELL en vez de María (o, en todo caso, tsundere), quizás porque la conocí así, hace no mucho tiempo (Agosto, ¿no?), sin saber, si siquiera, que iba a japonés. Como yo, pero en segundo (por lo tanto…. soy tu senpai =P).
No sé qué más podría decirte. Supongo que ahora me dirás que te sientes especial, o cualquier tontería de las tuyas. Quizás no te lo esperabas. Quizás…. Quizás… Y solo quizás. Guardo esas palabras, como muchas otras, para que me sirvan, en un futuro, ahora, YA, y dentro de muchos años. Y, espero, que todo siga como siempre.

Se le quiere, señorita Lowell, no lo dude.

Sueños Rotos


Sueños Rotos – La Quinta Estación


Aquella rosa muerta en la calle espera
Mensaje tras mensaje preparándose a volar
Porque habías sido tu mi compañera
Porque ya no eres nada y ahora todo esta de mas

Si no te supe amar no fue por ti
No creo en el amor y no es por mí
Si no te supe ver y te perdí
Si cada día que me das te hace sufrir
Noooo…

Volver a verte otra vez 
Con los ojitos empapados del ayer
Con la dulzura de un amor que nadie ve
Con la promesa de aquel último café
Con un montón de sueños rotos
Volver a verte otra vez 
Volver a verte otra vez 
Con un montón de sueños rotos.

Deje el orgullo atrás por un instante
Me prepare a estar solo una vez mas

Si no te supe amar no fue por ti
No creo en el amor y no es por mi
Si no alcance a entender y te perdí
Si cada día que me das te hace sufrir
Noooo…

Volver a verte otra vez 
Con los ojitos empapados del ayer
Con la dulzura de un amor que nadie ve
Con la promesa de aquel último café
Con un montón de sueños rotos
Volver a verte otra vez 
Volver a verte otra vez 
Con un montón de sueños rotos.

Volver a verte otra vez 
Con los ojitos empapados del ayer
Con la dulzura de un amor que nadie ve
Con la promesa de aquel último café
Con un montón de sueños rotos
Volver a verte otra vez 
Volver a verte otra vez 
Con un montón de sueños rotos.

Ser… soy como soy

Si tuviera que decir cómo soy, no sabría por donde empezar. Quizás empezaría diciendo que soy una chica un tanto friki y bastante geek. Me flipan las cosas de informática, el manga y el anime. Los videojuegos, el ordenador e Internet. Apenas me gusta la televisión o la radio. Escucho mi propia música y soy capaz de perderme en el MediaMark (yo no soy tonto!) durante horas, solo viendo precios y sin comprar nada. Me gustan las orejas de gato y las clases de japonés. También me gusta leer shojos y ver algún shonen. Me encanta escribir mis propias  historias con Antía y Mine y después hablar de ellas, imaginar situaciones y pensar, en algún futuro, escribirlas, llegar a publicarlas (aunque piense que es imposible). Me encanta que la gente se extrañe al escuchar mi música, con mezclas como 3 Days Grace y Conchita. Me encanta La Quinta Estación (La Frase Tonta de la Semana) y Yellowcard (Back Home, Dear Bobby…), Simple Plan (Meet you there) o M-Clan (Miedo), entre otros. También me gusta Kudai. Quizás eso me haga especial.
También podría decir que, como me dicen siempre, soy bastante terca y cabezota. Optimista, siempre que puedo. Prefiero pensar que todo va a salir bien antes de que vaya mal. Pensar que los problemas son solo problemas pasajeros y que cualquier desgracia solo puede ser cosa de la mala suerte. Soy feliz si puedo ver a los demás felices. Me gusta reírme con mis amigos, especialmente con Lucas y con Deby (juntos o separados) y de Antia (=P). Pasar una tarde con Rocío, Raúl, Ingrid... Y sin olvidarme de Adry, Bea y Miel, o incluso David. Me gusta ayudar, intentar animar a la gente aunque a veces no lo consiga. Esforzarme por intentarlo. También soy bastante fría, seca y poco cariñosa. No soy una buena amiga y, mucho menos, una buena novia. Tengo mis defectos, que son muchos, y no intento agradar a nadie. Mi gran máxima es que «tienes que gustarte a ti mismo». Tampoco me enfado demasiado, prefiero dejarlo estar antes de enfadarme más, prefiero olvidarlo. Puede que a veces me cueste mucho perdonar, puede que a veces piense que es injusto, puede que piense muchas cosas. Pero no lo diré si también pienso que es injusto lo que estoy pensando. Soy de esas personas que piensan «sus motivos tendrán», que piensan «el problema es suyo», que piensan «si se enfada es cosa suya, yo no estoy enfadada». A veces me cuesta mucho hablar las cosas, solo por no estallar y decir barbaridades. Y muchas veces incluso me siento culpable si alguien se enfada (aunque no sea culpa mía). Sin embargo, también sé ser encantadora, si puedo y me lo propongo. También puedo ser la persona más amable y generosa. También soy egoísta, y muchas veces solo pienso en mi. Sin embargo, me gusta pensar en los demás antes que en mi misma, aunque  a veces no lo cumpla. Me gusta esforzarme por mejorar y por ser mejor persona. Por ser una persona razonable y sensata, aunque no lo consiga, y trato, muchas veces, de no dejarme llevar por sentimientos menores y negativos y que prevalezcan, sobre todo, esos fuertes lazos que me unen a la gente.
También podría decir que soy una persona que le gusta la libertad. No me gusta sentirme agobiada ni caminar entre mucha gente. Me gusta el mar, especialmente su brisa, y el viento. Volar de vez en cuando. Ponerme de pie de cara al viento y estirar los brazos, sentir el viento en mi cara y escuchar el ruido que hace al mover las hojas de los árboles, escuchar las olas del mar (si estoy cerca del mar) y esa sensación de estar volando.  Soy de esas personas que piensa «eres libre», que no ata a nadie a su lado, que tampoco exijo demasiado (o eso creo). Que piensa «puedes estar con quien quieras». Tampoco me gusta que se preocupen demasiado por mi. Si estoy mal, me animo pensando que «estaré bien». No suelo callarme lo que siento y, normalmente, siempre se lo contaré a alguien. Si no, siempre puedo escribirlo en el blog (sé que siempre habrá alguien que lo lea, aunque solo sea Lowell).
También puedo hablar de lo que no me gusta. Es una lista bastante extensa, y soy tan quisquillosa con mis cosas que no sabría por donde empezar. Tengo muchas manías. No me gusta la textura de las verduras, por ejemplo. La cebolla es algo que odio. Tampoco me gusta el huevo, ni la tortilla de patatas. No me gusta el olor a gasolina, que a mucha gente le gusta, ni el de la pintura. Realmente y, generalizando, no me gusta ningún olor demasiado fuerte. Me encanta el olor de la lavanda. Odio el agua fría en la ducha. Tampoco me gustan los sonidos chirriantes, y mucho menos los golpes o golpecitos repetitivos, especialmente si van acompañados de movimientos repetitivos. No soporto esos movimientos repetitivos ( y Antía lo sabe bien). Tampoco me gustan los relojes de tic-tac, tan insoportables, a los que siempre les quito la pila. No me gusta dormir con alguna luz (tengo que bajar la persiana del todo y desenchufar todo lo que pueda tener luz). Es imposible que mi habitación esté más de un día ordenada, porque siempre acabo colocando todo en una esquina. Odio la falta de humanidad que tiene mucha gente. La poca caridad y el egoísmo. El valor que se le da al dinero y al éxito hoy en día. Que la gente se olvide de las cosas realmente importantes. También odio las palabras engañosas, las falsas promesas y las palabras cumplidas. Quizás porque yo siempre intento ir con la verdad por delante. Odio la prepotencia y aquellas personas que intentan ir por delante de los demás, que se aprovechan de las buenas acciones o que intentan aplastar al de al lado. Odio los recuerdos, que muchas veces hacen daño, y el miedo al pasado. Odio que la gente cambie, especialmente si no te avisa. Odio que se le de más importancia al amor que a la amistad, aunque cada uno es como es.

Quizás podría dejarlo así. Me faltarán cosas, miles de cosas, pinceladas de mi misma. Sin embargo, soy como soy, y sigo esforzándome por cambiar para mejor. Está claro que no soy perfecta, que tengo un montón de fallos. Tampoco intento ser perfecta. Me gusta ser como soy. Me gustan mis defectos, tanto físicos como psicologicos y no trato de que les agraden a nadie. Esta soy yo (asustada y decidida, como diría la canción).Y quien no quiera, que no mire.

Muralla…

Esa muralla que encierra
el corazón en su tumba
intenta cerrar la herida
y acabar con el dolor
se alza impávida ante el alma
escondiendo el corazón
torna en hielo la mirada
y congela el interior. 
Más quien encuentra una grieta
y se esfuerza por entrar
puede atravesar la piedra
y llegar al corazón
Entonces llega una chispa
de lo profundo del alma
la chispa prende una vela
que derrite la mirada. 
Comienza a surgir entonces
una tímida sonrisa
surge pequeña y hermosa
más destruye la muralla
acaba con los cimientos
y deja paso al amor
hasta que el amor se apaga
hasta que vuelve el dolor